TIJUANA, Baja California.- En punto de las 4 de la mañana, antes que saliera el sol, Pedro Ríos ya se encontraba preparando la primera tanda de pan de muerto, casi 200 piezas, para la clientela a la que sirve la panadería donde labora en zona centro, abierta desde 1963.
“Hacemos la masa, le ponemos mantequilla Flex, azúcar y huevo de primera calidad, luego se deja reposar una media hora y se mete al horno”, indicó Ríos.
El pan requiere un proceso que lleva poco más de 5 horas, desde el amasado, la cocción en un horno de ladrillo, hasta que se encuentra listo para ser llevado a su mesa o altar.
La tradición de las ofrendas del Día de Muertos data de la época anterior a la conquista. Aunque se elabora con ingredientes comunes, el valor principal del pan recae en su simbolismo.
El círculo en la parte superior representa el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es para recordar a los ya fallecidos.
En este comercio, ubicado en la avenida Constitución, entre calle 9 y 10, tan solo el 2 de noviembre hornean alrededor de 400 panes.
“Desde el 31, el 1 de noviembre y hasta hoy que se hace pan de muerto… una tradición mexicana que la gente lo procura mucho venir aquí y comprar el pan de muerto”, dijo Cecilia Ruvalcaba, empleada de la panadería.
El día de muertos es una oportunidad no solo para recordar a los seres queridos que se nos adelantaron, sino también para mantener vivas nuestras tradiciones.
Con información de Fabiola Solano.