MÉXICO.- Han pasado 365 días desde que el mundo cambió. El 11 de marzo del 2020, fuera de Wuhan y de Italia, el resto del mundo solo veía las noticias de lo que ocurría en esos lugares: contagios masivos, confinamientos, muertes, todo provocado por lo que ya comenzaba a sonar en los medios como la aparición de un nuevo virus llamado covid-19.
Desde lejos, parecía imposible que aquello pudiera llegar al continente americano; sin embargo, transcurridas unas horas de aquel miércoles 11, la Organización Mundial de la Salud (OMS), transmitía un mensaje, del cual, nadie sabía qué vendría después.
Sin saber cómo, un día todo lo que se conocía como “normal” y que se pensaba sería eterno se terminó. Poco a poco días después de que la OMS nombrara pandemia al coronavirus, los lugares concurridos quedaron desolados, a Disney se le apagó la magia, la muralla china dejó de ser muralla, las ciudades que no duermen como Nueva York, Las Vegas, ahora duermen… nadie quiere tomar los caminos que llevan a Roma, incluso el país de la “pura vida” terminó con ella.
En ese mismo despertar, los besos y los abrazos se convirtieron en el arma más letal. Ese día, un virus se coronaba rey del mundo dejando a este desértico y completamente desconcertado, después de ese 11 de marzo, las fiestas, los conciertos, reuniones, quedaron como simples recuerdos del “viejo normal” mientras se sabía, conforme los días transcurrían, millones de personas se contagiaban y que gran parte de ellas no lograban librar la batalla al virus.
Hoy, a un año después del inicio de una pandemia que aún no termina, han fallecido más de 2 millones 600 mil personas en el mundo, y pese a que todas las farmacéuticas a marchas forzadas han buscado un antiviral para combatirlo, la distribución es lenta, nuevas variantes del covid surgen y lo único que queda es la esperanza de que pronto, el mundo vuelva a girar como antes pero, ¿será que todos quieren que sea igual, o este año de pandemia ha dejado alguna enseñanza en la humanidad?
Con información de Nazul Lopez
