BRUSELAS, Bélgica.- El Papa Francisco ha reconocido este viernes, durante su visita a Bélgica, que los abusos sexuales a menores cometidos y silenciados por la Iglesia católica durante décadas son “la vergüenza y la humillación de la Iglesia”. En un discurso improvisado ante las autoridades del país y los reyes Felipe y Matilda en el castillo de Laeken, el Pontífice afirmó que la Iglesia debe “sentir vergüenza y pedir perdón” por estos crímenes y garantizar que no se repitan.
“Es en la Iglesia donde se han producido esos crímenes y la Iglesia debe buscar cómo resolver esta situación con humildad cristiana, además de hacer todo lo posible para que esto no vuelva a suceder”, declaró Francisco. Además, subrayó que la institución está afrontando “la plaga” de los abusos con determinación, escuchando a las víctimas e implementando programas de prevención globales.
Estas declaraciones, inesperadas por ser una desviación del discurso previamente planeado, fueron recibidas con alivio, aunque con cautela, por las víctimas de pederastia en Bélgica, uno de los países más afectados por estos casos y que ha exigido durante años una respuesta más contundente por parte del Vaticano.
