CIUDAD DEL VATICANO.- En una emotiva y sorpresiva aparición, el papa Francisco saludó este domingo a miles de fieles en la plaza de San Pedro durante una misa jubilar dedicada a los enfermos y trabajadores de la salud, marcando su primera aparición pública desde que fue dado de alta del hospital hace dos semanas.
“Una escuela para amar y dejarnos amar”
El pontífice fue recibido con aplausos mientras lo llevaban frente al altar, donde dirigió unas breves palabras: “Buen domingo para todos. Muchas gracias”, dijo, con una voz más fuerte en comparación con la última vez que se le escuchó al salir del hospital Gemelli, donde estuvo internado cinco semanas por una neumonía severa.
Francisco, quien continúa con tratamiento físico y respiratorio, compartió su experiencia con la enfermedad en la homilía –leída por el arzobispo Rino Fisichella– reflexionando sobre la fragilidad y la dependencia: “En este momento de mi vida comparto mucho: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles… de tener necesidad de apoyo”.
Pidió no marginar a los frágiles ni al dolor en la sociedad, sino verlo como una oportunidad para cultivar la esperanza y el amor.
Reconocimiento a los trabajadores de la salud
Durante la bendición dominical, el papa también oró por los médicos, enfermeras y personal sanitario que enfrentan condiciones difíciles: “Su misión no es fácil y debe ser apoyada y respetada”, enfatizó.
El acto formó parte del Año Santo 2025, que prevé la llegada de hasta 30 millones de peregrinos a Roma, y donde la figura del papa Francisco sigue siendo central, incluso en medio de su recuperación.