CIUDAD DEL VATICANO.- En su primera misa como pontífice, el Papa León XIV advirtió sobre el declive de la fe frente al dominio del dinero, el poder, el placer y la tecnología, en un mensaje que marca el tono espiritual de su incipiente liderazgo al frente de los 1,400 millones de católicos del mundo.
Firmeza doctrinal y tono misionero
Durante la ceremonia en la Capilla Sixtina, el papa de 69 años —nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano— llamó a que la Iglesia sea “arca de salvación” en medio de la incertidumbre del mundo actual. Criticó que en “muchos contextos” se privilegien falsas seguridades, alejadas de los valores cristianos.
León XIV, antiguo misionero en Perú, también alertó contra la tentación de convertir a Jesús en un mero “líder carismático o superhombre”, en una crítica velada hacia corrientes evangélicas que desdibujan su dimensión divina.
Un pontificado observado con lupa
Aunque su elección ha sido leída como una continuidad con el legado de Francisco, León XIV ha mostrado matices: optó por usar la estola papal en su presentación pública, señal de mayor formalidad litúrgica, pero mantuvo los zapatos negros de su predecesor, en rechazo a símbolos de poder tradicionales como los mocasines rojos.
Su perfil misionero, latinoamericano y doctrinalmente ortodoxo sugiere un pontificado marcado por la austeridad, la defensa de la tradición y un énfasis en la evangelización global.
