Cada administración municipal ha buscado al menos dejar una huella en la memoria de los ciudadanos, pero sobre todo una obra como referente de su paso por la alcaldía
Pareciera que el modelo a seguir es el de gobernar Tijuana al estilo Jorge Hank: fiestas, conciertos “gratuitos” cuya cuenta paga el erario al final del día, festivales, carnavales. Todo nos recuerda el trienio negro del miembro del grupo Atlacomulco -Atracomulco dicen los que saben-, pero ni esencia ni obra.
Tan es así que del 2004 al 2007 en que Hank Rhon gobernó Tijuana no queda una sola obra memorable. Si acaso que sacó de circulación las camionetas tipo “guayina” que todavía prestaban servicio como taxis de la ruta rojo y negro por el boulevard Agua Caliente y otras más.
Cada administración municipal ha buscado al menos dejar una huella en la memoria de los ciudadanos, pero sobre todo una obra como referente de su paso por la alcaldía. A no dudar el Palacio Municipal que dejó el gobierno de René Treviño Arredondo fue una de las obras señeras.
Federico Valdez Martínez se esforzó por concluir los trabajos de la hoy conocida como “la 20” que en este entonces constaba de la estancia para infractores, un pabellón psiquiátrico y oficinas para el DIF, aunque estas dos últimas fueron erradicadas.
Héctor Osuna Jaime intentó hacer lo propio con el Plan de Activación Urbana, el PAU, cuyos avances se redujeron al concreto hidráulico en el boulevard Agua Caliente por la crisis del 94 que pulverizó al peso frente al dólar.
José Osuna Millán le dedicó el cierre de su administración al malecón de Playas de Tijuana y Jesús González Reyes puspo a su equipo a trabajar en los puentes vehiculares de los cruceros 5 y 10 y del bulevar Benitez, y a su paso por la alcaldía Francisco Vega de la Madrid inauguró el llamado arco monumental, cuya pantalla era minúscula en comparación con la estructura.
Jorge Ramos endeudó a Tijuana con el famoso PIRE, Programa Integral de Repavimentación a mediante el cual se recubrieron con concreto hidrálico miles de metros cuadrados de algunas de las principales vialidades como el boulevard Héctor Terán Terán.
Por ahora, solo vemos un arco o “umbral” en la avenida Revolución y aunque es prematuro para sacar conclusiones sobre el rumbo del XXV Ayuntamiento esperemos que no sea una copia de aquella administración que solo nos recetó pan y circo, aunque ya no había pan…