TIJUANA, B.C.- Aunque los paramédicos se enfocan en brindar la atención en alguna emergencia lo más rápido posible, Elementos de la Cruz Roja han sufrido percances en su trabajo intentando salvar vidas, todo a causa de la falta de respeto de la comunidad ante las unidades de ambulancia.
A pesar de que el reglamento de tránsito y control vehicular del municipio de Tijuana en su artículo 74 establece que las unidades de emergencia en la vía pública tienen preferencia de paso, cuando circulen con la sirena y torreta luminosa encendida, sean ambulancias, unidades en servicio de la Dirección, vehículos del Cuerpo de Bomberos y los convoyes militares, destacando que los conductores de vehículos cederán el paso a los mencionados y que no deberán seguir a los vehículos de emergencia, ni detenerse o estacionarse a distancia que pueda significar riesgo o entorpecimiento de la actividad del personal de dichos vehículos, la comunidad incumple los tres puntos mencionados.
Los socorristas han visto complicada su labor ya que aunque encienden la sirena y solicitan que se les ceda el paso, la gente decide no moverse y en ocasiones hasta se van detrás de la ambulancia para cruzar una intersección más ágilmente, esto por lo regular les sucede en la rampa descendente a Otay para reducir tiempo de espera en el tráfico, indicó Ricardo Arzate, Coordinador Socorros Cruz Roja Tijuana.
Dijo que éstas acciones ponen en riesgo al personal y al paciente que están atendiendo, ya que en múltiples ocasiones han alcanzado a impactar la unidad y los golpes desestabilizan al personal que va laborando al interior, por lo que se solicita que la comunidad repete las luces y los llamados que se hacen con la sirena para abrir el paso ante la crisis.
Aseguró que ésto no solo sucede en Otay ya que también lo han experimentado en los principales cruceros de la ciudad, por lo que exhortan a la comunidad a respetar a las unidades ambulatorias y permitir el acceso rápido, con el objetivo de que la emergencia pueda ser atendida oportunamente.
Con información de Ivonne Hernández
