Las atracciones turísticas y los museos en el centro de París han dicho que no abrirán el sábado, cuando se planean las protestas de los gilets jaunes (chalecos amarillos), ya que las autoridades francesas se prepararon para desplegar 89,000 personas de seguridad en todo el país.
“Las manifestaciones anunciadas el sábado 8 de diciembre en París no nos permiten recibir a los visitantes en condiciones de seguridad”, dijo el operador de la Torre Eiffel en un comunicado el jueves. La policía también ordenó cerca de una docena de museos, incluyendo el Louvre y el Grand Palais, sitios culturales como la Ópera y tiendas a lo largo de los Campos Elíseos para cerrar el miedo a la violencia. “No podemos correr el riesgo cuando conocemos la amenaza”, dijo Franck Riester, el ministro de cultura, a la radio RTL. También se han cancelado varios partidos de fútbol de primera división.
Cuando los ministros principales intentaron calmar la furia pública con un lenguaje conciliatorio sobre los impuestos, un funcionario de la oficina de Emmanuel Macron se arriesgó a provocar más enojo al decir que la información de inteligencia sugería que algunos manifestantes acudirían a la capital “para vandalizar y matar”.
A pesar de capitular esta semana sobre los planes de impuestos más altos sobre el combustible que inspiraron la revuelta nacional, el presidente ha luchado para calmar la ira que el fin de semana pasado llevó a la peor agitación callejera en el centro de París desde 1968.
Los manifestantes incendiaron automóviles, destrozaron cafés, saquearon tiendas y rociaron grafiti anti-Macron en algunos de los distritos más prósperos de París, incluso desfigurando el Arco de Triunfo. Decenas de personas resultaron heridas y cientos fueron arrestadas en batallas con la policía.
En un intento por poner fin a la crisis de tres semanas, el primer ministro, Édouard Philippe, dijo al parlamento el miércoles por la noche que estaba eliminando los aumentos de los impuestos al combustible previstos para 2019, tras haber anunciado una suspensión de seis meses el día anterior.
El ministro de finanzas, Bruno Le Maire, dijo en una conferencia que estaba preparado para presentar planes de reducción de impuestos y que quería que las primas de los trabajadores estuvieran exentas de impuestos.
Pero agregó: “En este caso, debe ir de la mano con una disminución en el gasto”.
También dijo que Francia impondría un impuesto a las grandes firmas de internet en 2019 si no existiera un consenso sobre un gravamen en toda la UE, buscando apelar al sentimiento anti-empresarial entre los manifestantes.
La amenaza de más violencia plantea una pesadilla de seguridad para las autoridades, que hacen una distinción entre los manifestantes pacíficos de gillets jaunes y grupos violentos, anarquistas y saqueadores de los suburbios privados que, según dicen, se han infiltrado en el movimiento.
Con información de The Guardian
