Las ligas deportivas que continuaron jugando durante la pandemia pero excluyeron a los aficionados probablemente experimentaron un beneficio inesperado, sugiere un estudio.
Los jugadores y el personal se comportaron mejor en el campo sin ser incitados desde las gradas.
Queda por ver si se puede encontrar una manera de mantener la cortesía una vez que regresen las multitudes, pero el descubrimiento ofrece una oportunidad para que los peores infractores culpen a los fanáticos.
Al igual que otros concursos deportivos europeos, la Bundesliga austriaca cerró inicialmente cuando la pandemia arrasó Europa, antes de reabrirse a principios de junio.
Los partidos durante el verano fueron “juegos fantasmas”, donde los juegos fueron transmitido para evitar cadenas de transmisión.
El doctor Michael Leitner, de la Universidad de Salzburgo, vio videos de diez juegos “fantasmas” jugados por el FC Red Bull Salzburg y contó incidentes de jugadores o personal del club que discutían con oponentes o árbitros.
Estos se compararon con diez partidos de la misma parte de la temporada anterior jugados en condiciones normales. El hecho de que Salzburgo fuera campeón de 2019 y 2020 enfatiza que la principal diferencia en las temporadas fue la ausencia de espectadores.
Los autores reconocen que se necesita una muestra más grande para demostrar que el efecto fue generalizado. Sin embargo, la diferencia que reporta Leitner en Humanities and Social Sciences Communications es sorprendente.
El documento afirma ser el “primero de su tipo” y con imágenes de muchos otros juegos de fantasmas disponibles, cualquiera que dude de los resultados puede repetir con una muestra más grande.
No sólo hubo un 19.5 por ciento menos de “situaciones emocionales” sin los fans presentes, sino que las situaciones que ocurrieron fueron en promedio más breves.
En la temporada 2018/19, los árbitros estuvieron involucrados en casi el 40 por ciento de los eventos que Leitner rastreó, por ejemplo, cuando los jugadores intentaron discutir con ellos.
Sin multitudes, esto se redujo al 25 por ciento del grupo más pequeño, sin duda haciendo que la experiencia de ejecutar un juego sea mucho menos agotadora. También hubo un poco menos de faltas y sustancialmente menos tarjetas amarillas y rojas otorgadas.
Por otro lado, hubo un aumento en los ejemplos de buena conducta, como ayudar a un oponente.
La reducción es particularmente notable porque el estrés general de la pandemia ha aumentado, al menos anecdóticamente, la cantidad de conflicto verbal en muchas otras áreas de la vida.
Antes de que se reanudara la liga, se había especulado ampliamente sobre los efectos de lo que un psicólogo deportivo llamó un “espacio libre de resonancia”. Muchos anticiparon que el nivel de juego bajaría, aunque algunos argumentaron que los jugadores más jóvenes podrían estar menos nerviosos.
Otros han notado un aumento del 20 por ciento en los goles marcados en los juegos fantasma en toda la Bundesliga (incluido Salzburgo), pero si esto refleja una mejora en el juego es más subjetivo.
El fútbol, a diferencia de deportes como correr, carece de una medida objetiva de su estándar, pero Leitner se dio cuenta de que las características menos deseables eran más adecuadas para las pruebas numéricas.
El trabajo sigue a un estudio de fútbol mundial que muestra una modesta disminución en la ventaja del terreno de juego en ausencia de los aficionados.
Con información de IFL Science
