TIJUANA, B.C.- Para los pepenadores, en su mayoría hombres y mujeres en edad avanzada que no pueden conseguir otro tipo de empleo, la vida es difícil; pues no sólo deben enfrentar riesgos de enfermedades, cortaduras o infecciones en su trabajo diario, sino que además reciben una mala paga por los materiales que recogen, y los policías los detienen por su aspecto sucio.
Los aumentos que cada año se imponen a los servicios básicos tienen a la clase trabajadora hasta el cuello, economizando lo más posibles y recortando los gastos.
Juntando plásticos y chácharas para reciclar es como sobreviven al día, por ello los pepenadores consideran que es más difícil vivir que morir.
Uno de los pepenadores señala que es difícil la vida, ya que 50 pesos no alcanzan para nada. A veces alcanza para las tortillas y la leche, pero hay ocasiones que se quedan sin gas por tres meses y sin luz por otros dos, ya que la recolección de botes da muy poco.
Un kilo de botellas de plástico les da apenas dos pesos, por lo que hay que esforzarse por las latas que son pagadas entre 15 y 16 pesos para lograr obtener al día 100 pesos para los gastos.
Entre lo más difícil de la recolección esta el cuidarse de los municipales, ya que los levantan y les quitan su dinero, además de lo que llevan recolectado. Conseguir un trabajo fijo es difícil ya sea por la edad o por las referencias.
Con información de Ivonne Hernández
