Un pequeño partido de centro sorprende en las legislativas lituanas

La Unión de Campesinos y Verdes (LGPU, centro), con un solo diputado en el Parlamento saliente, obtuvo una espectacular victoria en las legislativas del domingo prometiendo el cambio y la reactivación económica.

La ‘dama de hierro’ lituana, la presidenta Dalia Grybauskaite, admitió este lunes que el resultado de las elecciones mostraba que “los lituanos querían un cambio real”.

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“Nuevas caras han reemplazado a los veteranos en política en diferentes circunscripciones, lo que se traduce en cambios en el mapa político de Lituania”, declaró la presidenta.

– Confianza arruinada –

Este lunes, la presidenta Grybauskaite, tras haberse reunido en la mañana con los líderes de los partidos entrantes, confió a la LGPU la tarea de “formar una mayoría transparente y responsable” y subrayó la necesidad “de restablecer la arruinada confianza [de los lituanos] en el Parlamento y el Gobierno”.

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Cansados de los bajos salarios y preocupados por el éxodo de los jóvenes, los lituanos depositaron su confianza en la LGPU, que contará con 54 escaños en un Parlamento de 141 diputados.

En segunda posición quedaron los conservadores de la Unión de la Patria y los democratacristianos, dirigidos por Gabrielus Landsbergis. Aunque partían como favoritos, sólo recabaron 31 escaños mientras que los socialdemócratas lograron 17 diputados.

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El jefe del Gobierno saliente, Algirdas Butkevicius, recibió un duro golpe al perder el domingo en Vilkaviskis (oeste) contra un candidato de la LGPU poco conocido. Butkevicius entrará aún así en el Parlamento como cabeza de lista de su partido, elegido en una votación proporcional en la primera vuelta.

La LGPU no es un “partido típicamente anti-establishment”, a pesar de que buscó candidatos de fuera del sistema tradicional para atraer a los electores descontentos, destacó Ramunas Vilpisauskas, director del Instituto de Relaciones Internacionales y de Ciencias Políticas de Vilna.

“Algunas de sus ideas siguen mucho la corriente mayoritaria, otras son más próximas a aquellas que vemos en Polonia [donde el partido Derecho y Justicia está en el poder desde hace un año]. Este partido es una mezcla de gente y de ideas”, dijo a AFP el experto. “Las convicciones diferentes se revelarán muy rápidamente, el partido podría dejar de ser una fuerza unida y monolítica muy pronto”, agregó.

Según él, el nuevo poder de Lituania no debería cambiar el curso de la política exterior del país báltico, muy anclado en la OTAN, la Unión Europea
y la eurozona.

– Gran coalición –

El partido LGPU es muy popular en las zonas rurales y está dirigido por Ramunas Karbauskis, un multimillonario de 46 años, terrateniente e industrial.

Pero es Saulius Skvernelis, de 46 años, el “nuevo rostro” de este partido y quien se espera que ocupe el cargo de primer ministro.
Hace apenas dos años, colgó su uniforme de policía y lo cambio por el traje y corbata para incorporarse en el gabinete del ministro de Interior del gobierno saliente.

La LGPU afirmó estar dispuesta a negociar tanto con los conservadores como con los socialdemócratas. Karbauskis incluso mencionó durante la campaña la posibilidad utópica de una gran coalición de tecnócratas.

“Quizá podríamos ponernos de acuerdo para una gran coalición. La gente se va de Lituania, tenemos que trabajar todos juntos”, declaró durante un mitin.
Desde hace 15 años, la población lituana ha bajado en 600.000 personas, hasta los 2,9 millones de habitantes, principalmente a causa del éxodo masivo de trabajadores en busca de mejores sueldos en el resto de Europa.

La presidenta Grybauskaite recordó este lunes, sin embargo, que “las

coaliciones artificiales” no tenían razón de ser en Lituania.

“Los partidos ganadores deben ponerse de acuerdo, asumir la responsabilidad de formar un gobierno, es la única vía para que una coalición pueda mantenerse durante todo un mandato”, declaró.