Persiste división en asamblea de LMB; “mayoritean” destitución del presidente

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la asamblea de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) que se realizó este miércoles, el grupo de ocho equipos “mayoriteó” a los otros siete y destituyó al presidente Plinio Escalante y determinó jugar la temporada 2017 con seis peloteros extranjeros, tres mexicanos no nacidos en México y dos novatos.

Estos acuerdo, sin embargo, se tomaron en una asamblea que el grupo de los siete considera que no tiene validez y, por lo tanto, cualquier decisión votada debe quedar anulada.

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Desde el pasado 27 de septiembre, la LMB está dividida en dos grupos. El grupo de ocho está integrado por Diablos Rojos del México, Tigres de Quintana Roo, Guerreros de Oaxaca, Piratas de Campeche, Olmecas de Tabasco, Sultanes de Monterrey, Delfines de Ciudad del Cármen y Saraperos de Saltillo.

En el de siete, están Leones de Yucatán, Pericos de Puebla, Vaqueros de la Laguna, Acereros de Monclova, Toros de Tijuana, Rojos del Águila de Veracruz y Rieleros de Aguascalientes.

El equipo 16, los Broncos de Reynosa, que pretendían vender la franquicia a empresarios de León quedó excluido por no cumplir con los requisitos para cambiar de dueños y sede y no jugará la campaña que está programada para iniciar el próximo 31 de marzo.

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Las posiciones entre ambos bandos están muy polarizadas. Aunque en la asamblea que se realizó el 5 de diciembre en Washington durante el Winter Meetings se acordó jugar con un límite de nueve peloteros mexicanos no nacidos en México y seis extranjeros, el grupo de los siete desconoció ese arreglo y calificó como un “error” de la LMB haber boletinado esa información.

Para la asamblea de este día, el grupo de los ochos exigió, mediante una carta, la destitución de Plinio Escalante, tema que no estaba en la orden del día y, por ende, “no tiene validez”, según el grupo de los siete.

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Ante la animadversión, Escalante determinó abandonar la asamblea y anunció que aceptaría la destitución, siempre y cuando se respeten los términos de su contrato que está vigente hasta 2018. El directivo tendría que ser indemnizado con alrededor de 5 millones de pesos.

José Antonio Mansur, presidente y dueño de los Rojos del Águila, declaró que el grupo de los siete se mantuvo en la asamblea para evitar que los desconocieran, aunque no estuvieron de acuerdo en ninguno de los acuerdos que por mayoría se tomaron.

Entre ellos, decidieron reinstalar el Consejo Directivo de la LMB que fue disuelto en la asamblea realizada en Monterrey en noviembre pasado y desconocer las tres comisiones que ese mismo día se instalaron.

Ya con el Consejo en funciones decidieron el número de jugadores no nacidos en México que se aceptan y la no inclusión del equipo 16. Ni siquiera dejaron que el presidente de Reynosa, Eliud Villarreal, entrara a la sala; ni tampoco Mauricio Martínez, el empresario interesado en llevarse el equipo a León.

De acuerdo con el dueño de Sultanes, José Maiz, el culpable de que no haya una solución es Alberto Uribe, dueño de Toros de Tijuana, quien está empecinado que jugador con un roster de 30 peloteros no nacidos en México.

Pero en ese mismo tenor están los otros seis que insisten en que la Constitución Política considera en igualdad a los mexicanos nacidos en territorio nacional como a quienes nacieron fuera, pero son hijos de padre o madre mexicana.

Según el grupo de los siete, el grupo de los ocho no permite que Reynosa (o León) se integre a la Liga porque los bandos serían de ocho equipos y ya no podrían “mayoritearlos”.

De acuerdo con el grupo de los ocho, es insensato abrir la puerta a tantos jugadores mexicanos no nacidos en México –a quienes insisten en llamar “pochos”- pues además los equipos los contratan de forma irregular sin el acta de nacimiento que avale que sí son mexicanos.

Por si fuera poco, dijeron, dejan sin trabajo a los jugadores mexicanos que se producen en el país.

Ese mismo grupo acusó a Escalante de ser parcial y apoyar en todo momento al grupo de los siete.

El grupo de los siete amenazó con dirimir en los tribunales ordinarios el conflicto e incluso tramitar amparos para poder jugar con el número de peloteros mexicanos no nacidos en México que desean.