TIJUANA, B.C.- Una persona con autismo tiene como principal obstáculo la dificultad para comunicarse y a causa de ello, la discriminación social, ya que este síndrome incurable los limita a ser funcionales y en ocasiones no tienen la facultad de hablar.
Más del 80% de quienes lo padecen no pueden ser independientes, por lo que requieren de asistencia las 24 horas del día.
Una persona autista, tiene dificultades para relacionarse con los demás y los síntomas aparecen desde edades muy tempranas.
Las familias que entre sus miembros incluyen una persona con autismo son mal vistos por la sociedad, por la forma en que el afectado se muestra ante la comunidad.
El Ingeniero Sebastián Lanz, fundador de la Asociación Pro autismo, indicó que las personas con autismo no son capaces de trabajar, aunque se propone enseñarles algún oficio para que se integren a la vida diaria y logren en algún momento ser autosuficientes.
El apoyo a las instituciones que se ofrece por parte de la iniciativa privada no es suficiente para darles la ayuda que requieren, aunque se realiza el esfuerzo por hacerlo de la mejor manera.
La discriminación por parte de la sociedad es una situación cultural, ya que es desconocido el como tratarlos y las familias de quienes padecen autismo llegan a sentirse acosadas en cualquier lugar que llegan.
El rechazo es tan grande que se expresa hasta en lugares públicos de donde ellos han sido expulsados por no entender como abordar su situación.
Con información de Ivonne Hernández
