Perú está al borde de una crisis política ya que su presidente, Pedro Pablo Kuczynski, se enfrenta a un juicio político luego de que se descubriera que ocultaba lazos comerciales de hace una década con la constructora brasileña Odebrecht, que ha estado en el centro del mayor escándalo de corrupción en Latinoamérica.
Se espera que los legisladores voten en el Congreso el jueves si destituirán al presidente de 79 años de su cargo por “incapacidad moral permanente”.
En declaraciones a los periodistas el domingo, Kuczynski acusó al partido de la oposición política mayoritaria de tratar de acelerar su destitución a solo 16 meses de su mandato de cinco años. Si es destituido, Kuczynski sería el primer presidente sentado en América Latina en ser forzado a salir en el escándalo de Odebrecht, que se ha extendido por 12 países en América Latina.
También sería el primer líder peruano en ser acusado desde Alberto Fujimori, quien fue destituido en el 2000. Fujimori, quien fue presidente durante la década de 1990, ahora está en la cárcel por corrupción y supervisando los asesinatos de escuadrones de la muerte.
En un acuerdo con el Departamento de Justicia de los EE. UU., Odebrecht admitió haber pagado unos 800 millones de dólares en sobornos en toda la región para asegurar lucrativos contratos estatales, incluyendo 29 millones de dólares en Perú entre 2005 y 2014.
La pista de dinero de Odebrecht en Brasil ha absorbido al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que está apelando una condena por corrupción relacionada con la firma, y al actual presidente, Michel Temer, quien fue acusado a fines del año pasado de aceptar sobornos de Odebrecht, pero hasta ahora ha impedido un proceso de acusación.
Los críticos del movimiento contra Kuczynski dicen que es parte de una toma de poder por parte del partido opositor Fuerza Popular, liderado por la hija de Alberto Fujimori, Keiko, quien perdió las elecciones de 2016 ante Kuczynski por un margen estrecho.
“El Congreso le dio un ultimátum: ‘Renuncie o lo forzaremos a salir'”, dijo Pedro Cateriano, un primer ministro en el último gobierno de Perú. “Como él no dimitió, están llevando a cabo esa amenaza, violando su derecho a la defensa, el debido proceso y la presunción de inocencia”.
Kuczynski niega cualquier fechoría, pero admitió que ganó “algo de dinero” como accionista de negocios que su compañía, Westfield Capital, hizo con Odebrecht.
Con información de The Guardian
