No hay una píldora mágica para curar el alcoholismo, según una revisión científica de la evidencia de cinco fármacos prescritos por los médicos.
Ninguno de los cinco fármacos tiene un cuerpo de evidencia confiable detrás de ella, dicen los científicos, a pesar de que uno de los medicamentos, nalmefene, ha sido aprobado para su uso en el NHS por Niza, el Instituto Nacional de Salud y Excelencia de Atención. Otro, baclofen, ha generado una gran emoción, especialmente en Francia, pero se ha relacionado con las muertes.
Las pastillas se han desarrollado para las personas que no han dejado de beber completamente y tienen la intención de ayudarles a reducir, con el fin de reducir el daño que están haciendo a sus cuerpos.
Pero en el mejor de los casos, dice el estudio en la revista Addiction, las píldoras tenían un efecto de nivel bajo o medio entre las personas con alcoholismo. Los científicos examinaron 32 ensayos controlados aleatorios doble ciego que representan a 6.036 pacientes, publicados entre 1994 y 2015. Ninguno de ellos mostró ninguna mejora en la salud de los que tomaban las píldoras, porque midieron sólo la reducción en la cantidad de alcohol bebido cada día .
Los investigadores examinaron los ensayos realizados sobre nalmefeno, naltrexona, acamprosato, baclofeno y topimarato contra placebos. Muchas personas con alcoholismo abandonaron los ensayos que 26 de los 32 estudios, el 81% de ellos, tenían datos de resultados poco claros o incompletos.
El autor principal Clément Palpacuer, del Inserm, dijo: “Aunque nuestro informe se basa en todos los datos disponibles en el dominio público, no encontramos evidencia clara del beneficio de usar estos medicamentos para controlar el consumo de alcohol . Eso no significa que los medicamentos no sean eficaces; significa que todavía no sabemos si son eficaces. Para saberlo, necesitamos mejores estudios. Los investigadores necesitan urgentemente proporcionar a los encargados de la formulación de políticas la evidencia de cuáles de estos fármacos pueden traducirse efectivamente en una estrategia real de reducción de daños “.
Con información de The Guardian
