El pintor Víctor Robinson expone “Inmersiones” en LA, en el marco de la “Guelaguetza Oro”

 

OAXACA, Oax. (apro).- El arte debe concebirse como una herramienta que concientice y un medio que fortalezca un proceso social, al tiempo de comunicar lo que está pasando en la época, afirmó el artista plástico Víctor Robinson al inaugurar su exposición “Inmersiones” en el marco de la “Guelaguetza Oro”, en la ciudad estadunidense de Los Ángeles.

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También consideró que “los pintores debemos estar muy alerta a lo que sucede en el entorno social, prepararnos, ser muy críticos, analíticos y propositivos porque no podemos quedarnos nada más en la pintura bonita que aquí está y se acabó”.

El arte, acotó, “es demasiado infinito y el trabajo creativo como para conformarnos con una propuesta que sea bonita, el arte tiene que ser también agresivo”.

Respecto de la situación de violencia, impunidad, pobreza y corrupción que colapsa al país, opinó que México tiene una riqueza cultural, social, natural y de identidad enorme y fuerte, sin embargo, siempre ha sido saqueado por los políticos, por una clase gobernante y aun así sobrevive y sigue adelante.

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Entonces, “creo más bien que es momento de que los ciudadanos participemos con conciencia, nos organicemos y vayamos fortaleciendo este proceso de conciencia, de cómo las comunidades vayan cuidando sus recursos naturales, de no permitir que el Estado o las transnacionales saqueen, contaminen las tierras por explotar las minas”.

Agregó que “mientras el gobierno sea más rapaz con su política vamos a ser todavía mucho más agresivos en la parte de la organización. Ahí está el futuro, en la organización comunitaria, porque si estás solo, no vas a lograr hacer nada, sin embargo, en comunidad sí somos una fuerza muy grande, somos quienes hacemos México”.

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El pintor originario de Guelatao de Juárez, quien expone “Inmersiones”, resaltó que Oaxaca está rodeado de expresiones artísticas y su escuela es la comunidad con una cultura viva inmersa en sus sonidos, sus paisajes, sus olores, sus colores y su gente.

De entrada, dijo, “la comunidad es una escuela, porque desde niños ya están tocando algún instrumento, ya la gente está bailando, están tejiendo tapetes, creando alebrijes o piezas en barro negro, verde vidriado o barro rojo.

Lo admirable, agregó, es que la comunidad oaxaqueña que busca el “sueño americano” no pierde su esencia de Oaxaca, traslada su cultura.

“Yo como mexicano lo tengo. Yo siempre he querido estar y demostrar que se puede hacer todo en nuestra tierra, en Oaxaca, en México, y te hablo de desarrollo económico, de cultura, de convivencia, de que lo podemos hacer y tenemos todo allá”.

Sin embargo, a últimas fechas “ya no es el ‘me quiero ir de mojado’,’ me quiero ir a Estados Unidos para ganar dólares’, ahora es pensar qué negocio voy trabajando en mi región para que yo tenga un equilibrio con mi naturaleza y pueda tener algún bien económico”.

A lo mejor, aclaró, “el sueño mexicano es más bien el dar, el sueño de los oaxaqueños es brindarte todo lo que yo tengo. Yo he viajado por todos los pueblos, he tenido la dicha de estar en las fiestas de todos los pueblos serranos, y veo a la gente tan feliz de darte lo poco que tienen, se sienten realizados. Ese es el sueño mexicano”, sintetizó.

Antes de la Guelaguetza organizada por la comunidad migrante, particularmente por la Organización Regional de Oaxaca (Oro), que se realizó en el parque Lincoln 3501 de Valley Boulevard en Los Ángeles, donde hay más de 500 mil oaxaqueños y más de millón y medio en todo California, Robinson participó de la calenda con el desfile de las comunidades de San Marcos Tlapazola, San Pablo Macuiltianguis, Villa Hidalgo Yalalag y Tlacolula de Matamoros, acompañadas por grupos folclóricos como la Princesa Donají, Huaxyacac y Nueva Antequera.

Durante este gran festival la comunidad migrante disfrutó de eventos especiales, como danzas folclóricas, la presentación artística del autor Víctor Robinson, degustación del mole, dulces regionales y mezcal, así como demostraciones vivenciales para la elaboración de diversas artesanías en telar de cintura y talla de madera.

Asimismo, se contó con la presencia de artesanos de las localidades de San Bartolomé Quialana y Santa Ana del Valle, así como la asistencia de la maestra artesana Abigail Mendoza, originaria de Santo Tomás Jalieza, además de la exhibición en venta de artesanías de palma, joyería, alebrijes y textiles.

Respecto de su exposición en Inmersiones, que rebasó la línea fronteriza, dijo que con ella alude a lo que es el mar, porque “en Oaxaca tenemos un litoral muy extenso, también somos agua, y estoy mostrando el hecho de que nos demos una oportunidad para estar con nosotros mismos. De cerrar los oídos y sumergirnos y poder escucharnos, porque caminamos en este mundo con estrés, vamos cargando mucha tensión, vamos cargando cosas, nunca descansamos, nunca podemos concentrarnos en nuestro propio interior”.

“Me inquieta al igual que muchas personas esta vorágine de no saber hacia dónde vamos, me preocupa la contaminación, la alimentación humana, me interesa mi cultura, me interesa fortalecer mi cultura, me preocupa el que seamos más conscientes como seres humanos, me preocupa la deshumanización de este mundo también, la soledad, el hecho de ver esa falta de sentido social”, puntualizó.

Por último adelantó que su obra ha sido acogida con éxito a tal grado que le abrieron una fecha más en un museo de Los Ángeles, aunque todavía no tiene definido el día de la inauguración.

También agradeció al presidente de ORO, Isaí Pazos; Dalila Castillo, secretaria de cultura; Ester Hernández, secretaria general, a Mauro Hernández-Mayoral y Camilo Toribio por mostrar la cultura de Oaxaca en otras latitudes.