Abren planta en la que se descompone plástico con enzimas de hojas

La empresa francesa que tomó una enzima que se encuentra en la descomposición de las hojas y la modificó para que pueda descomponer el plástico en su lugar, ha abierto ahora una planta de demostración donde están demostrando que su proceso de reciclaje puede lograr los objetivos que predijeron hace 18 meses.

Varios obstáculos han impedido que la humanidad controle el problema de la contaminación plástica. El reciclaje mecánico es costoso de ejecutar, mientras que la demanda del mercado de plástico reciclado costoso es baja. La recolección de plástico en todo el mundo todavía está por debajo del 25%, y algunos poliésteres plásticos permanecen sin un método de reciclaje.

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Como informó GNN en 2020, la tecnología de Carbios resuelve muchos de estos problemas, y confían en que su planta de demostración ganará el apoyo de corporaciones como PepsiCo, L’Oreal y Nestlé.

En la nueva planta de Carbios en Clermont-Ferrand, un reactor del tamaño de una camioneta de carga tiene la capacidad de procesar alrededor de 100,000 botellas de plástico molidas en solo 10-16 horas, eso es alrededor de dos toneladas de PET molido (tereftalato de polietileno) , la forma más común de botella de plástico.

Descompone los polímeros, moléculas largas y complicadas, en monómeros, bloques de construcción más pequeños y simples, que separan los dos componentes principales del polietilenglicol del ácido tereftálico en cuestión de horas; exactamente como predijeron en 2020.

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Una ventaja importante que ofrece este método enzimático sobre el reciclaje mecánico es que el producto final de los monómeros de plástico está mucho más cerca del material original que los fabricantes utilizan con el petróleo para fabricar botellas nuevas, que si compraran plástico picado.

Con la experiencia adquirida en esta planta, Carbios mejorará la próxima planta de tamaño industrial que se prevé abrir en 2025.

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Si bien sus monómeros plásticos reciclados cuestan más que el plástico reciclado mecánicamente, el método puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30%, gracias a una menor dependencia de la industria pesada, lo que resulta atractivo para las corporaciones que necesitan demostrar su responsabilidad medioambiental.

A medida que el reciclaje enzimático avanza como tecnología, eventualmente se podría abordar la posibilidad de plásticos más complejos como el polipropileno o los que se encuentran en la ropa artificial.

Con información de Good News Network