Las armas que faltan y los policías de tránsito desaparecidos se encuentran entre las preocupaciones identificadas por el ejército después de su inspección de la policía municipal de Acapulco.
La Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) descubrió que a la policía le faltan 342 de las 1,771 armas de fuego asignadas luego de que las fuerzas de seguridad federales y estatales desarmaron a la policía la semana pasada debido a la presunta infiltración del crimen organizado.
El portavoz del Grupo de Coordinación Guerrero de la agencia estatal de seguridad dijo en una conferencia de prensa que Sedena había otorgado al alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, una fecha límite de lunes para explicar la ausencia de las armas de fuego.
Sin embargo, a partir de hoy Velázquez ya no es alcalde: su mandato de tres años terminó ayer cuando fue reemplazado por Adela Román Ocampo.
La investigación del departamento de policía de Acapulco también encontró que casi la mitad de la policía de tránsito de la ciudad portuaria nunca se presenta a trabajar a pesar de recibir un cheque de pago cada dos semanas.
La oficina del fiscal general del estado ahora está tratando de localizar a los 202 oficiales desaparecidos.
Otras irregularidades son que solo 674 de los 1.309 policías del municipio han sido certificados y evaluados a pesar de las afirmaciones en contrario del alcalde saliente Velázquez.
El propio jefe de policía no estaba certificado. El Grupo de Coordinación de Guerrero dijo que había informado al alcalde dos veces que Max Lorenzo Sedano había fallado la prueba de evaluación, pero no se logró nada. Sedano renunció a su cargo la semana pasada.
Acapulco ha sostenido durante mucho tiempo el título de la ciudad más violenta de México, ya que las pandillas del crimen organizado luchan por el control de la ciudad, causando unos 700 homicidios por año.
Con información de Mexico News
