Ciudadanos fueron extorsionados por municipales al grado en que les exigieron transferencias bancarias a quienes no portaban dinero en efectivo.
Los policías municipales de Tijuana siguen extorsionando a los automovilistas que circulan por la vialidades de esta frontera, sobre todo aquellos que conducen vehículos con placas de California porque saben que la mordida será en dólares.
Uno de los argumentos a los que con mayor frecuencia recurren los oficiales para extorsionar y amenazar con el remolque y confinamiento de la unidad, es que el vehículo tenga vidrios polarizados, sin precisar que el artículo 18 del Reglamento de Tránsito vigente para nuestro municipio, a la letra indica en el segundo párrafo del artículo 18, que regula la obstrucción de la visibilidad:
“Se prohíbe la circulación de vehículos equipados con parabrisas y ventanillas obscurecidas ya sea por micas o tintes especiales que impidan la visibilidad hacia el interior del vehículo, excepción hecha de los polarizados que hayan sido instalados por el fabricante del vehículo y cumplan con la norma oficial del caso.
En caso de incumplimiento a este supuesto, el agente permitirá que, en el momento de su intervención, el conductor del vehículo relacionado, retire el polarizado a que se refiere este numeral, y en caso de negativa, el agente levantará la infracción respectiva.”
Este abuso por parte de los uniformados, que no dejan ir a un conductor por menos de 500 dólares, debe ser frenado por los automovilistas al acudir a la Sindicatura municipal y denunciar a estos extorsionadores, pero el primer error que comete el propietario de un vehículo es que por lo general, desconoce el citado artículo 18.
Es más, si usted se encuentra con sus compañeros de trabajo o familiares en estos momentos, pida que levanten la mano aquellos que al menos una vez en su vida han leído el Reglamento de Tránsito, que poseen una copia impresa en su vehículo o en su defecto, la descarga digital en su teléfono celular.
Bien llevado un intento de extorsión por un ciudadano asesorado por un abogado, el tema debe ser presentado como un delito ante la Fiscalía General de Justicia de Baja California, ya que a todas luces se trata de un caso del cual los oficiales no pueden argumentar desconocimiento del Reglamento de Tránsito que es el documento con el cual trabajan diariamente, junto con el Bando de Policía y Gobierno.
Hasta los micrófonos de Primer Sistema de Noticias han llegado denuncias de ciudadanos que fueron extorsionados por municipales al grado en que les exigieron transferencias bancarias a quienes no portaban dinero en efectivo.
En tiempos del secretario Fernando Sánchez estos y otros delitos perpetrados por policías, como asesinatos, robos, robo de toneladas de droga, secuestros y varios más, fueron pan de cada día, en complicidad o solapamiento de la ex alcaldesa Montserrat Caballero, cuya mudanza al Cuartel Militar del 28 Batallón tuvo más que ver con robos al crimen organizado que a los buenos resultados de sus uniformados.
En pocas palabras en tiempos de Fernando Sánchez y de Montserrat Caballero la Policía Municipal fue otro cartel más del crimen organizado.
Pero ahora que soplan nuevos vientos en Palacio Municipal, el secretario de Seguridad Juan Manuel Sánchez Rosales no puede seguir solapando estos abusos, si en realidad quiere cambiarle el rostro a la corporación. Incluso el funcionario admitió que elementos de la Policía Municipal robaron un vehículo de lujo así como joyas y dinero en una residencia de Villa Floresta.
Esperemos que Sánchez Rosales abra los ojos ante esta realidad, pues de lo contrario, no solo será omiso sino que será cómplice.