¿Por qué despertamos en la madrugada y pensamos en miedos?

Muchas personas suelen despertarse en la madrugada y pensar demasiado sobre sus miedos y problemas por los que pasan en ese momento. Pero, ¿por qué suele ocurrir esto?

La temperatura central del cuerpo comienza a subir, el impulso del sueño se reduce (porque hemos dormido mucho), la secreción de melatonina (la hormona del sueño) ha alcanzado su punto máximo y los niveles de cortisol (una hormona del estrés) aumentan a medida que el cuerpo se prepara para lanzarnos al día.

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Sorprendentemente, toda esta actividad ocurre independientemente de las señales del entorno, como la luz del amanecer: la naturaleza decidió hace mucho tiempo que el amanecer y el atardecer son tan importantes que deben predecirse (de ahí el sistema circadiano).

De hecho, nos despertamos muchas veces cada noche y el sueño ligero es más común en la segunda mitad de la noche. Cuando el sueño nos va bien, simplemente no nos damos cuenta de estos despertares. Pero agregue un poco de estrés y es muy probable que la vigilia se convierta en un estado de plena conciencia de sí mismo.

No es sorprendente que haya evidencia de que la pandemia es un factor estresante que perturba el sueño. Entonces, si está experimentando despertares a las 3 am en este momento, definitivamente no está solo.

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El estrés también afecta el sueño en el insomnio, donde las personas se vuelven hipervigilantes acerca de estar despiertas.

La preocupación acerca de estar despierto cuando uno “debería” estar dormido puede hacer que la persona se despierte con ansiedad cada vez que atraviesa una fase de sueño ligero.

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Si eso le suena familiar, tenga en cuenta que el insomnio responde bien al tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. También existe un fuerte vínculo entre el sueño y la depresión, por lo que es importante hablar con su médico si tiene alguna inquietud sobre su sueño.

La verdad es que nuestra mente no busca una solución a las 3 a. M. Podríamos pensar que estamos resolviendo problemas trabajando mentalmente sobre los problemas a esta hora, pero esto no es realmente una solución de problemas; es el gemelo malvado de la resolución de problemas: la preocupación.

Preocuparse es identificar un problema, reflexionar sobre el peor resultado posible y descuidar los recursos que aportaríamos si el resultado no preferido realmente ocurriera.

Con información de IFL Science