El PRD, un partido de gobernabilidad precaria

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La corrupción de los gobiernos perredistas, la incapacidad de someter a las corrientes de expresión internas a la institucionalidad, pero sobre todo “la subordinada cercanía de algunos dirigentes al gobierno federal”, son los factores que restan credibilidad al proyecto histórico del Partido de la Revolución Democrática (PRD), sostiene Agustín Basave en su renuncia a ese organismo político.
Con el título “Por el renacimiento del Partido de la Revolución Democrática”, Basave entregó su largo documento a los 22 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y a la mesa directiva del Consejo Nacional del organismo político el domingo 2.
En 41 cuartillas fustiga a las corrientes o tribus porque, dice, cada una actúa como si fuera un partido político, pese a que están incorporadas en el CEN “en proporción a su votación en elecciones internas”.
Y agrega: “Este modelo, sin embargo, no ha logrado contrarrestar el sistemático conflicto e indisciplina que caracteriza nuestra vida interna, haciendo cada vez más precaria la gobernabilidad del partido”.
Destaca que este esquema sustituyó al antiguo “caudillismo” por otro que hoy encabeza Nueva Izquierda, una corriente hegemónica que permitió la formación de un bloque mayoritario que hoy dirige “el curso de la agenda legislativa y la política de alianzas”.
Ante la peor crisis de su historia, expone Basave, el PRD “inventó una nueva modalidad de liderazgo” –la presidencia externa–, que él aceptó en noviembre de 2015, pensando en que el partido pudiera sobreponerse a cada corriente y encaminarlo hacia objetivos colectivos.
Sin embargo, hoy recapitula en su documento: “En los últimos meses se han dado muestras claras de la precaria gobernabilidad del PRD y de la dificultad para alcanzar acuerdos, lo cual tiene su origen en que el presidente no pertenece a un bloque o corriente mayoritaria, y el partido no cuenta con una cultura política o un orden estatutario capaz de sostener el nuevo modelo de partido”.
Para Basave, es necesario desbaratar la estructura de corrientes perredistas, pues éstas entorpecen la distribución de cargos y espacios al interior del PRD o bien privilegian a militantes que no son los más idóneos, lo que ha generado la desconfianza entre las bases.

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El PRD por dentro

Con respecto a la nueva gobernabilidad en el partido, Basave alude a dos organismos ciudadanos internos que no cuentan con un reglamento que garantice su instauración o funcionalidad: el Consejo Consultivo, “del cual no existe claridad en sus funciones”, y el Observatorio Ciudadano, integrado por asociaciones civiles.
“Más allá de un cambio normativo, es necesario redefinir la naturaleza del órgano ciudadano, pasando de ser un mero ‘observador’ de las prácticas del partido o ‘consejero’ cuyas ideas y propuestas puedan incidir verdaderamente en nuestra vida interna”, señala.
También pide crear un Consejo Consultivo Ciudadano a nivel nacional y estatal cuyos representantes se encargarán de monitorear y evaluar los trabajos de los órganos directivos del partido y emitir las recomendaciones correspondientes; acercar propuestas ciudadanas a la conformación de la agenda legislativa del partido; tener representación dentro de la Unidad de Transparencia para garantizar el cumplimiento de la obligación del partido en esta materia.
El partido debe contar con una representación dentro de la Comisión de Ética para vigilar la conducta de sus militantes y representantes públicos; ser un órgano de apoyo del presidente nacional del partido, y realizar propuestas sobre las modificaciones a los documentos básicos.
Sin mencionar nombres, Basave critica en su carta de renuncia algunas acciones inamovibles hasta hoy dentro del PRD, como la afiliación electrónica, uno de los proyectos impulsados por Jesús Ortega cuando presidió el partido.
Él propone una afiliación libre, lejos de las prácticas clientelares que han caracterizado a este proceso, con módulos y folios como cuotas de corriente. Además, debería ir a acompañado de un curso básico para garantizar que el nuevo militante conozca los principios, la historia, el programa y los estatutos del partido.
Asimismo, pide que el PRD aplique el título séptimo de sus estatutos, en los cuales se reconoce el referéndum y el plebiscito como métodos de consulta entre la militancia.
Sin dar cifras, Basave sostiene que el PRD se ha desdibujado; no por las alianzas con el PAN, “sino por actos de corrupción que siguen presentes en la vida de nuestros gobiernos, por la incapacidad de mantener a las expresiones dentro de un marco de institucionalidad y por la subordinada cercanía de algunos dirigentes al gobierno federal.
“Las consecuencias imprevistas del Pacto por México y el surgimiento de Morena también han puesto en duda el proyecto histórico e ideológico del PRD”.