CIUDAD DE MÉXICO.-El gobierno federal de Estados Unidos está a pocos días de un cierre que interrumpirá muchos servicios, presionará a los trabajadores y agitará la política.
La negativa de los republicanos a ceder en su exigencia de recorte de gastos y de incluir medidas para la seguridad fronteriza parece encaminar al cierre, mientras en la frontera sur de Estados advierten de la “catástrofe” que se avecina.
Víctor Treviño, alcalde de Laredo, Texas, advirtió en declaraciones a la revista Time, que si hay cierre de gobierno, “declararemos emergencia”.
“Es totalmente diferente al resto del país. Estamos en la frontera”, dijo Treviño. “De tres a cuatro días todo se saldrá de control, causará devastación”.
Los republicanos han amenazado con bloquear un proyecto de Ley provisional para mantener la financiación del gobierno, a menos que incluya una campaña de seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México. Pero en el Senado, algo así difícilmente prosperará. Y en la frontera, la situación apremia.
El representante Henry Cuellar, demócrata por el sur de Texas y miembro del Comité de Apropiaciones, explicó a Time que un cierre tendría un impacto significativo en la seguridad fronteriza del país, sobre todo al obligar a algunos agentes fronterizos a trabajar sin sueldo y posiblemente a otros a suspender sus funciones; también supondría la expiración de una autoridad existente para contrarrestar drones que permite a las agencias federales identificar y neutralizar drones intrusivos considerados potencialmente peligrosos o amenazantes.
“Me parece muy irónico que los republicanos amenacen con un cierre cuando esto va a debilitar [la seguridad fronteriza] al retirar autoridades y financiación, incluidos contratistas, de la frontera”, afirmó.
Treviño expresó su preocupación particularmente por la reducción de personal en el centro de procesamiento de inmigrantes de Laredo, que procesa a unas mil personas al día.
“Todos estos inmigrantes podrían acabar en la calle”, afirma. “Tienen niños pequeños, hay familias, no podemos hacer la vista gorda”.
Dependiendo de cuánto dure el cierre -y de cuánto tiempo puedan trabajar los agentes sin recibir paga-, la capacidad de tramitación local podría paralizarse, afirma. “La gente necesita alimentar a su familia; necesita pagar sus facturas”.
Otro factor de preocupación son los cárteles. “Siempre existe el peligro de actividades ilegales de los cárteles… contrabando de drogas y cosas así”, continúa. “Si no hay seguridad, esa actividad aumentará enormemente”.