Si bien “puedes saborear el ajo con los pies” puede sonar como algo que te haría sonar desquiciado si lo gritaras en la calle, es cierto gracias a un truco de química de alimentos genial.
Es difícil de probar, dado lo picante que es el ajo, pero no imposible, como puede ver en este video de la American Chemical Society (ACS).
Tome un diente, córtelo por la mitad y colóquelo en una bolsa de basura. Coloque su pie en la misma bolsa y selle la bolsa alrededor de sus tobillos, para que el olor permanezca en la bolsa y no llegue a su nariz. ¿Hecho eso? Bien, ahora frótelos como si estuviera marinando un buen trozo de pollo. Si tiene un estilo de vida ajetreado, podría adaptar el procedimiento y simplemente meter el ajo en su zapato.
Ahora es el momento de relajarse sabiendo que ese delicioso sabor a ajo estará en su boca en una hora más o menos. Una vez que hayan transcurrido los 60 minutos, debe comenzar a saborear el ajo en la boca. Suponiendo que lo ha hecho correctamente, y no solo está oliendo el ajo debido a una bolsa que gotea, felicidades, ahora es un catador de pies.
Bien, nos damos cuenta de que este no es el método más eficiente de transferencia de ajo a las papilas gustativas, pero no obstante es científicamente interesante. Entonces, ¿qué está pasando?
“No es porque tengas papilas gustativas secretas de ajo en tus pies”, explica la ACS en el video. “Es porque las moléculas responsables del olor del ajo (alicina) pueden penetrar la piel, entrar en la sangre y viajar a la boca y la nariz, donde de repente comienza a sentir el sabor del ajo”.
Tu piel está formada por capas que repelen tanto el aceite como el agua (que no se mezclan) bastante bien, de ahí que no te hinches como una esponja en el baño. Sin embargo, la alicina, la molécula responsable del olor a ajo, entra gracias a su composición química. Contiene oxígeno, que, como explica el video, es bueno para la unión de hidrógeno con “materia acuosa” y colas de hidrocarburos para la unión con “materia aceitosa”.
Como tal, la alicina puede deslizarse a través de su piel, donde ingresa al torrente sanguíneo y puede viajar a su boca y nariz confusas. Un truco muy recomendable si estás a punto de comer en un lugar insípido.
Con información de IFL Science
