Procuradora con atole en las venas

A Perla del Socorro Ibarra le circula atole por las venas, pues de otro modo no se explica que la señora procuradora de justicia de Baja California se atreva a decir que están a la espera de que los representantes legales de la empresa Autotransportes Guasave comparezcan ante las autoridades correspondientes.

Ah caray, pues ellos son las autoridades correspondientes.

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La señora procuradora informó que el representante legal de la empresa de trasporte de pasajeros “Guasave”, propietaria del camión accidentado, no se había presentado ante la autoridad investigadora, y todavía abrió la boca aún más para decir que ignora si la compañía está al corriente en obligaciones diversas como la cobertura de seguros de viajero.

Al momento en que la señora procuradora abrió la boca, habían transcurrido ya más de 48 horas desde que se registró el fatal accidente y es hora de que la Procuraduría de Justicia se duerme en sus laureles.

La funcionaria estatal también aseguró que “están tratando de garantizar la atención de los heridos graves, en tanto avanzan con otros aspectos de la investigación, y se recibe el peritaje que permita determinar las causas del accidente”, pero olvidó precisar que garantizar la atención de los lesionados, pasa necesariamente por el cumplimiento de la responsabilidad de la empresa en el pago de los gastos médicos que ya se les están cobrando muy puntualmente en el Hospital General y en otras instituciones.

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Perla del Socorro Ibarra anotó que aunque el chofer de la unidad número 747 murió en el percance que ha dejado cinco muertos y más de 30 heridos, la empresa podría enfrentar otras responsabilidades. Oh sorpresa: en Baja California, se le fincan responsabilidades a las empresas que propician accidentes mortales.

Hay que recordar que la señora procuradora de justicia estuvo a punto de quedar en ridículo cuando en el caso de Anastasia Lechtchenko, la joven estuvo a punto de “pelarse” pese a haber sido debidamente identificada como la presunta autora de la muerte de su madre y de su hermanita, Yuliya Masney y Valeria Lechtchencko y solo el alto grado de farmacodependencia de la muchacha, que deambuló por las playas de Tijuana, le impidió darse a la fuga.

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Un viejo policía me explicaba que Anastasia bien pudo haber salido de Baja California de la forma en que se le antojara.

En un desayuno junto con otro amigo, que argumentaba que sin dinero la muchacha de ascendencia rusa no hubiera llegado muy lejos, el ex judicial rebatió su argumento al afirmar que con un vestidito rojo como el que luce en algunas fotos, Anastasia se pudo ir de “raite” con quien se le antojara y a donde se le antojara.

¿Tú le decías que no a una nalguita de esas? -preguntó mi amigo ex judicial.

-Lo malo es que no sabes si ibas a terminar descuartizado igual que la madre -tercié yo.

A Perla del Socorro Ibarra la noción de la justicia pronta y expedita, no le quita el sueño.