Por Pablo DE JESUS
El coco de los profesionales en el boxeo olímpico fue más ruido que nueces, pues los cuatro púgiles de ese tipo que se apuntaron al torneo de Rio de Janeiro-2016 se fueron derrotados por la puerta trasera de la arena Riocentro.
El tailandés Amnat Ruenroeng fue eliminado este martes con un nocáut técnico propinado por el joven francés Sofiane Oumiha en el segundo asalto, poniendo en cero el saldo de los profesionales ante los amateurs.
Y es que después de estos Juegos Olímpicos la AIBA tendrá que tomar la decisión de retirar la última A en su acrónimo o escribir entre comillas la palabra amateur, dadas todas las medidas que ha tomado para acercar el universo aficionado al profesional.
Ninguno de los cuatro profesionales que se clasificaron en los torneos preolímpicos lograron llegar a cuartos de final.
Desafinados se fueron del torneo el camerunés Jassan Ndam Njikam (81k), el italiano Carmine Tommasone y el japonés Daisuke Narimatsu, ambos de los 60 kilos, y ahora el tailandés Roemroeng.
Diferencia notables
El cuarteto vencido pudo comprobar el viejo refrán de “una cosa es con guitarra y otra con violín”, en referencia de que no es lo mismo el boxeo profesional que el amateur.
Y ello lo explicó muy bien el cubano Lorenzo Alvarez, doble campeón mundial de peso ligero de la AIBA.
“En el boxeo profesional tienes que empezar marcando golpes desde el primer round. No hay tiempo para estudio. Tal vez eso fue lo que desconcertó un poco a mi rival hoy”, declaró Alvarez al terminar el combate que le ganó por decisión unánime al italiano Tommasone.
Roenroeng amplió el conocimiento al reconocer que no pudo adaptarse de nuevo al estilo amateur.
“Hacia casi 10 años no peleaba amateur, y pese a que son sólo tres asaltos, cada uno es muy exigente”, dijo el tailandés a su paso por zona mixta.
Roenroeng quedó en medalla de bronce en el Mundial de Chicago y cuartofinalista en los Olímpicos de Pekín-2008.
En 2012 pasó al profesionalismo, donde tiene récord de 17-1, y llegó a ser campeón mundial peso mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), unas de las cuatro principales que rigen el boxeo de paga.
Tyson puso el nocáut
Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), los promotores Bob Arum, Don King, Gary Shaw y Oscar de la Hoya estuvieron entre los que opusieron a la entrada de los profesionales en los Juegos Olímpicos, alegando que ello pondría en peligro la salud de los amateurs y acabaría con su sueño olímpico.
“Me parece que la AIBA quiere tener un control total del boxeo. La AIBA no tiene el derecho de excluir a ningún promotor de boxeo profesional de firmar a un boxeador olímpico”, escribió Shaw.
Óscar de la Hoya, el ‘Golden Boy’, quien luego de ganar el oro olímpico en Barcelona-1992 saltó al profesionalismo para convertirse en leyenda, también opinó sobre el tema.
“Es un arma de doble filo”, dijo De la Hoya.
“Los jovencitos que quieren realizar su sueño olímpico no podrán hacerlo, pues ya con esto los peleadores profesionales les quitarán su lugar”, añadió.
Empero, fue el díscolo Mike Tyson quien puso el dedo en la llaga cuando meses antes de empezar los Juegos de Rio declaró la verdad sobre por qué se opone muchos al ingreso de los profesionales en torneos de la AIBA.
“Es ridículo y absurdo, y algunos de los boxeadores profesionales van a ser derrotados por los amateurs”, señaló Tyson. “Simplemente sucederá. En verdad creo que algunos de ellos van a ser vencidos”.
Después de esta experiencia de Rio-2016, es poco probable que los Pacquiao, los Klitschko, los Mayweather, se interesen por representar a sus países en unos Juegos Olímpicos.
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