La policía iraní ha dispersado a los manifestantes antigubernamentales en la ciudad occidental de Kermanshah, mientras las protestas espontáneas se extendían a Teherán y al parecer a varias otras ciudades un día después de los mítines en el noreste.
El estallido de disturbios refleja el creciente descontento por el aumento de los precios y la presunta corrupción, así como la preocupación por la costosa participación del país en conflictos regionales como Siria e Irak.
Un funcionario dijo que unos pocos manifestantes habían sido arrestados en Teherán y que los videos publicados en las redes sociales mostraban una fuerte presencia policial y manifestaciones en otras ciudades importantes, que de ser verificadas serían la mayor ola de protestas en Irán desde 2009.
Cerca de 300 manifestantes se reunieron en Kermanshah después de lo que la agencia de noticias Fars describió como una “llamada de la contrarrevolución”.
Las protestas en Kermanshah, la principal ciudad de la región donde un terremoto mató a más de 600 personas en noviembre, tuvieron lugar un día después de que cientos de personas se congregaran en la segunda ciudad más grande de Irán, Mashhad, gritando consignas contra el gobierno en protesta por los altos precios.
Las imágenes que no pudieron verificarse mostraron protestas en otras ciudades, incluidas Sari y Rasht en el norte, Qom en el sur de Teherán y Hamadán en el oeste.
Mohsen Nasj Hamadani, el vicejefe de seguridad en la provincia de Teherán, dijo que unas 50 personas se habían movilizado en una plaza de la capital, pero que la mayoría se había ido después de que la policía se lo pidiera. Unos pocos que se negaron fueron detenidos temporalmente, informó la agencia de noticias ILNA.
Un residente en la ciudad central de Isfahan dijo que los manifestantes se unieron a una concentración sostenida por trabajadores de fábricas que exigían salarios atrasados. Las consignas cambiaron rápidamente de la economía al objetivo del presidente del país, Hassan Rouhani, y del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, dijo el residente por teléfono.
Las protestas puramente políticas son raras en Irán. Los últimos disturbios de importancia nacional ocurrieron en 2009 cuando la reelección de Mahmoud Ahmadinejad como presidente encendió ocho meses de protestas callejeras. Los rivales a favor de la reforma dijeron que la votación fue fraudulenta.
Con información de The Guardian
