El primer ministro francés, Edouard Philippe, se ha reunido con líderes de partidos de la oposición mientras las protestas en todo el país continúan extendiéndose por toda Francia, con estudiantes bloqueando alrededor de 100 escuelas.
Después de que miles de manifestantes enmascarados lucharon en batallas con la policía y quemaron autos, edificios y barricadas en las áreas más prósperas de París el sábado, los gilets jaunes o chalecos amarillos, el movimiento de protesta de los ciudadanos continuó el lunes con manifestaciones pacíficas contra el gobierno en las barricadas. en carreteras y depósitos de combustible en toda Francia.
Los estudiantes de bachillerato, que han estado protestando contra los cambios en las universidades y el sistema universitario, también aprovecharon el estado de ánimo de la protesta y aumentaron sus bloqueos.
Alrededor de 100 bachilleratos fueron total o parcialmente bloqueadas en todo el país, incluso en la ciudad sureña de Toulouse y en Créteil en el área de París.
Siete adolescentes fueron arrestados luego de que la policía antidisturbios fuera llamada al bachillerato Jean-Pierre Timbaud en Aubervilliers, en los suburbios del norte de París, donde se volcó un automóvil y se incendiaron los contenedores.
Las autoridades francesas tradicionalmente temen que los estudiantes de bachillerato se unan a las protestas porque sus manifestaciones a menudo se propagan rápidamente. Un funcionario de la autoridad educativa en Créteil dijo: “Los pretextos se están utilizando claramente para cometer violencia urbana”.
Una mujer de 80 años murió el lunes en Marsella luego de que fue golpeada por una granada de gas lacrimógeno de la policía el sábado. Estaba dentro de su apartamento y había abierto las ventanas para cerrar los postigos cuando la granada la golpeó cuando la policía se enfrentó a los manifestantes. Ella murió en el hospital después de la cirugía.
Mientras tanto, se cerraron 11 depósitos de combustible en toda Francia después de ser bloqueados por los manifestantes. Más de 70 estaciones de servicio se habían quedado sin combustible y en Brittany existían restricciones sobre la cantidad de combustible que los automovilistas podían comprar.
Un sondeo de opinión de Harris Interactive realizado después de la violencia del sábado en París encontró que el 72% de los franceses todavía apoyaban el movimiento de protesta que comenzó el mes pasado en respuesta al aumento de los impuestos ambientales sobre el combustible y se ha transformado en oposición al gobierno del presidente centrista. Emmanuel Macron, en medio de la sensación de que el sistema fiscal es injusto y favorece a los ricos.
