Corea del Norte dijo que ha hecho una prueba nuclear de una poderosa bomba de hidrógeno que puede ser cargada a un misil balístico intercontinental, en un movimiento que se espera que aumente la presión sobre Donald Trump para desactivar la creciente crisis nuclear en la península coreana.
En un anuncio hecho en la televisión estatal, Corea del Norte dijo que la prueba nuclear, su sexta desde 2006, había sido un “éxito completo” e involucró un “arma termonuclear de dos etapas” con una fuerza “sin precedentes”.
No ha habido una verificación independiente de las afirmaciones del Norte de que ha alcanzado un objetivo clave en su programa nuclear: la capacidad de miniaturizar una ojiva para que pueda caber en un misil de larga distancia.
Horas antes, el régimen lanzó imágenes de lo que afirmaba ser una bomba de hidrógeno que se cargaría en un nuevo ICBM.
El anuncio de la televisión, acompañado de música patriótica e imágenes del paisaje de Corea del Norte y la fuerza militar, dijo que la prueba había sido ordenada por el líder del país, Kim Jong-un.
La explosión fue anunciada por un terremoto de 6,3 grados de magnitud a unos 10 kilómetros del sitio de prueba nuclear Punggye-ri de Corea del Norte en el noreste del país. Fue sentido sobre la frontera china en Yanji.
La administración meteorológica de Corea del Sur estimó el rendimiento de explosión entre 50 y 60 kilotones, o cinco a seis veces más fuerte que la quinta prueba de Corea del Norte en septiembre del año pasado.
Kim Young-woo, jefe del comité parlamentario de defensa de Corea del Sur, dijo más tarde que el rendimiento era tan alto como 100 kilotones. Un kiloton equivale a 1.000 toneladas de TNT.
La explosión nuclear previa en Corea del Norte se estima por unos 10 kilotones.
La prueba del domingo -la primera desde que Trump asumió el poder en enero- ofrece más pruebas de que Corea del Norte se está acercando peligrosamente al desarrollo de una ojiva nuclear capaz de encajarse en un ICBM que pueda atacar el continente estadounidense.
Desde que realizó su primera prueba nuclear hace apenas una década, el régimen se ha esforzado por refinar el diseño y la fiabilidad de las bombas, así como por aumentar su rendimiento.
Las bombas de hidrógeno son mucho más poderosas que las armas atómicas que el Norte ha probado hasta ahora. Cualquiera que sea su rendimiento final, la prueba del domingo fue “un arma termonuclear” que representa un avance significativo en el programa de armas de Pyongyang, dijo Jeffrey Lewis, del Middlebury Institute of International Studies, con sede en California.
Con información de The Guardian
