Psicosis

“No espere a que Trump construya el muro, llame para hacerse ciudadano nortamericano al 619…..” Así se promociona en spots de televisión un despacho de abogados especializados en migración desde que el pasado 8 de noviembre triunfó el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.

Esa misma noche el dólar se disparó hasta los 20 pesos y desde entonces, la compra venta de bienes raíces sobre todo en el corredor costero que va de Rosarito a Ensenada se ha elevado de acuerdo a los especialistas, como resultado de dos factores: el temor a las deportaciones y al incremento del racismo en Estados Unidos, y al mayor poder adquisitivo del billete verde en territorio nacional.

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Para el gobernador de Baja California, Francisco Vega, Tijuana y Baja Calfornia deben estar preparadas “para las migraciones tanto del norte como del sur”, y aunque no precisa un plan preciso, sabe que a nuestra frontera pueden llegar miles de deportados a causa del endurecimiento de las políticas migratorias dictadas desde Washington.

De hecho desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca se endureció y miles de connacionales han sido deportados por fallas menores: multas de tránsito, violencia intrafamiliar, falta de licencia al conducir y otras “disminors” como se les llama, han bastado para expulsar de Estados Unidos a mexicanos que pasaron casi toda su vida en el extranjero pero que nunca regularizaron su situación migratoria.

“Hoy no tenemos porque pensar que las cosas van a mejorar con la llegada de Trump a la presidencia a partir de enero”, advierte el director del Centro Binacional de Derechos Humanos, Víctor Clark, quien estima que más de 2 millones y medio de hombre, mujeres y niños jan sido deportados durante las administraciones de Obama.