Los ejercicios militares rusos a gran escala que ha asustado a los países occidentales ha entrado en su fase final, con helicópteros, aviones de combate, misiles y tanques empleados en un campo de tiro cercano a la frontera de Rusia con la UE.
Vladimir Putin fue uno de los que vieron la exhibición de 45 minutos de fuego en un frío y lluvioso lunes por la tarde en el campo de tiro de Luga, a unos 113 kilómetros de la frontera con Estonia. El presidente ruso, junto con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y varios generales del ejército, observaron a través de binoculares desde una plataforma de observación.
El escenario para Zapad, que Rusia mantiene conjuntamente con las fuerzas armadas de la vecina Belarús, ve a Veishnoria, una región ficticia de Bielorrusia, declarar su independencia e intentar convertir a Belarús contra Rusia, con la ayuda de los países de la OTAN.
A medida que el mundo se preocupa por la capacidad de Rusia para llevar a cabo una “guerra híbrida” usando ataques cibernéticos, proxies y noticias falsas, Zapad es un recordatorio de la dura potencia militar del país.
También se han realizado ejercicios en Bielorrusia y en el enclave báltico de Kaliningrado. El lunes el ejercicio pasó de la defensa al contraataque, con la infantería, la artillería, el misil, la defensa aérea y la aviación todos implicados. Según el escenario, los separatistas veishnorianos habían tomado varios aviones y zánganos del gobierno y tuvieron que ser destruidos.
Zapad, que significa “oeste” en ruso, es la reencarnación de un ejercicio de entrenamiento de la era soviética que involucró a los países del Pacto de Varsovia, y se lleva a cabo cada cuatro años. El entrenamiento de este año ha causado una alarma particular en el oeste, con algunos observadores creyendo que es el mayor ejercicio militar que Rusia ha mantenido desde el final de la guerra fría.
Funcionarios rusos han negado que los ejercicios sean algo más que un ejercicio de entrenamiento estándar y señalan que la acumulación de tropas de la OTAN en Europa central y oriental es la verdadera amenaza para la estabilidad en el continente. Una fuerza multinacional de 4.000 miembros de la OTAN se ha desplegado en los países bálticos y en Polonia para contrarrestar la amenaza rusa.
Rusia afirma que sólo 12.700 soldados están participando en los ejercicios, lo que los sitúa justo debajo del umbral de 13.000, sobre el cual habría un requisito bajo un tratado conocido como el documento de Viena para permitir a los observadores occidentales asistir. Rusia ha invitado a varios observadores diplomáticos y dice que todos los temores están fuera de lugar.
“Rechazamos las quejas de que estos ejercicios no sean transparentes”, dijo el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, a periodistas la semana pasada. “Creemos que el azotear la histeria alrededor de estos ejercicios es una provocación”.
Según el escenario de los ejercicios, los supuestos separatistas de Veishnoria están respaldados por dos países ficticios, Lubenia y Vesbaria, que parecen ser referencias poco disimuladas a Polonia y Lituania.
Con información de The Guardian
