“Razonando”

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Pues sí, estimado lector de la presente: para servidor le asiste la razón al que firma como “un hijo de Juan Pueblo” carta a este buzón. Está de sobra justificado el que se le pongan los pelos de punta y sude frío a todo ser consciente por los resultados de la llegada a la presidencia de la mayor potencia del momento, los EUA, de un personaje tan siniestro como D. Trump.

Y dice bien el citado cuando aclara que el fenómeno D. Trump, por llamarlo de alguna manera, es un fruto natural de la época en que vivimos… la del posmodernismo… como la nombran estudiosos de la historia. No pocos de los mismos aseguran que el burgués fue el hombre que encabezó la rebelión contra el viejo orden… el de los privilegios de la sangre… el de ser aristócrata y el de los reyes por la gracia de Dios. Ellos, los burgueses, al triunfo de su rebelión, fueron los creadores del Estado-Nación, del Estado soberano, cuyo papel es el de ser instrumento de integración social y el de resolver los problemas colectivos que pueden surgir de los intereses particulares de los ciudadanos; entre esos estudiosos no faltan los que proclaman que los pensamientos del burgués afirmaron al hombre sobre la tierra, sobre la naturaleza y lo hicieron autor de su propio destino… ¿es verdad todo eso?… servidor considera que es una verdad a medias… al mismo tiempo que una mentira por ser una abstracción; es decir, un juego mental que aísla y considera por separado las cualidades de un hecho o de un objeto… y en la realidad, ese hombre burgués abstracto únicamente puede serlo una ínfima minoría, la de la tan cuestionada del uno por ciento… esa que de burgueses creadores del Estado-Nación vieron y decidieron convertir al mundo en un mercado universal, por lo que han proclamado, perseguido y hasta impuesto que el Estado es un problema, que el mejor gobierno es el que no gobierna, que la soberanía es un estorbo para el progreso y que es preciso “adelgazar“ el Estado. Con ello y con su codiciosa decisión de conseguir el máximo de beneficios, de ganancias, sea empleando la mano de obra más barata… donde quiera que se encuentre… y/o los adelantos técnicos… han llegado… sin querer, por ignorancia ¿por egoísta conveniencia?… a perjudicar a no pocos trabajadores de sus propios países… y a no pocos sujetos de la burguesía clasemediera… y el descontento de todos ellos por tal situación hace que se sientan frustrados y temerosos de su futuro y, por lo tanto, sean propicios a odiar todo lo habido y por haber… lo que los convierte en el talón de Aquiles del sistema… como bien lo señaló “un hijo de Juan Pueblo”… y en oro molido para demagogos enfermos de poder como D. Trump.

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Entre otros peligrosos resultados, no es de los menos inquietantes por sus consecuencias, como bien señala el aludido firmante, el que las manifestaciones y reclamos que se están produciendo en tanto rincones del planeta ante las palabras y decisiones de D. Trump sirvan también para llevar el agua al molino de dejar la realidad como estaban y todavía están, lo que daría la razón, queriendo o no, a los ideólogos y escribas de la teoría de “la muerte de las ideologías”; o del “final de la historia”, de Francis Fukuyama, según las cuales no queda más que seguir repitiendo las cosas como están… claro, pero sin D. Trump… lo que, repito, queriendo o sin querer, justificaría y hasta legitimaría lo sentenciado por el doctor Pangloss: que vivimos en el mejor de los mundos posibles, y lo que más conviene es el “no menarlo”, como diría Sancho Panza, ya que como afirman algunos, en especial los creyentes del Dios de Justicia, o sea los judíos… los del Dios del Amor, es decir, los feligreses de las diferentes capillas cristiana… o los del Dios Misericordioso, esto es, los mahometanos… todos los cuales, insisto, afirman que la verdad es inaccesible por la innata naturaleza pecadora de la criatura humana… por la incapacidad mental del humano, como aseguran esos creyentes vergonzantes (¿por convicción, conveniencia o temor?), como son los que se declaran agnósticos… y por eso; por ser inaccesible la verdad para el humano, nunca es libre y vive a base de mentiras compensatorias de sus angustias que le producen su existir… mentiras que aplaquen e incluso justifiquen sus mentires… y así nos pasamos la vida los humanos… mintiéndonos a nosotros mismos… mintiendo a los otros… e incluso creyendo las mentiras de nuestros próximos… cuando así conviene a nuestros intereses… o a nuestros temores.

Esas, las múltiples mentiras, son las verdaderas columnas de la globalidad… a ellas las movemos… y ellas nos mueven… ¿no es así?

Ante tan lamentable panorama, servidor se pregunta si seremos los suficientemente sabios y honestos para prescindir de la mentira y vivir con la verdad que nos hará libres y con las mismas ser autores de nuestro destino.

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Usted, estimado lector, ¿qué cree al respecto?