TIJUANA, Baja California, En lo que sin duda es un tácito reconocimiento que la obra del Corredor Tijuana-Rosarito 2000, fue mal diseñado y con cuestionable calidad de materiales usados, ahora una vez más las autoridades del Gobierno del Estado anuncian una rehabilitación para esta obra vial que fue diseñada para una duración mínima de 25 años con un costo superior a los mil 700 millones de pesos pero a poco más de 11 años de su inauguración necesita de manera urgente la inyección de más recursos.
Esto después que en el 2011 se invirtieran más de 10 millones de pesos en obras de rehabilitación ya que se presentaban cuarteaduras en la plancha de concreto hidráulico así como una adecuada señalización en la vialidad que transitan más de 40 mil vehículos diariamente.
Ahora la de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE), da a conocer que iniciará obras de rehabilitación en la vialidad con una inversión de 47.3 millones de pesos, pero con la misma justificación que se dio el 2011 se vuelve a presentar estas mejoras del 2018, o sea que en nombre de la reposición de barreras metálicas de protección, de la instalación de alumbrado público, señalamiento vertical y señalamiento horizontal, se vuelve ejercer el presupuesto.
Lo que sí es un hecho es que la vialidad diseñada para impulsar el desarrollo económico e industrial de Playas de Rosarito y Tijuana, no ha cumplido las expectativas ya que resulta ser una vialidad de la muerte donde ya se suman más de un centenar de atropellamientos fatales así como un buen número de accidentes automovilísticos que también han causado la muerte a sus conductores por no contar con las minas medidas de seguridad para una vialidad de alta velocidad.
Con Información de: Víctor Duarte Sigala
