República Checa se une a la oleada populista de Europa tras elegir a un multimillonario

La República Checa está preparada para unirse al viraje de Europa hacia el populismo anti-establishment eligiendo como primer ministro a un polémico multimillonario que enfrenta cargos de fraude criminal y acusaciones de enlaces de la policía secreta durante la era comunista.

Andrej Babiš, de 63 años, cuya fortuna estimada en 4,100 millones de dólares lo convierte en el segundo hombre más rico del país, podría convertirse en el último político que empuja una brecha entre el este y el oeste del continente si gana las elecciones parlamentarias esta semana.

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Las encuestas de opinión sugieren que el partido del magnate, ANO (Sí), surgirá como la fuerza más grande después de que los votantes acudan a las urnas el viernes y el sábado para una elección celebrada durante dos días, un legado de los tiempos comunistas.

Eso pondría a Babiš, nacido en Eslovaquia, en una posición de privilegio para convertirse en primer ministro al frente de una coalición, a pesar de los interrogantes sobre su pasado y las advertencias de que podría amenazar la democracia checa a través de su imperio comercial.

También plantea la posibilidad de que la República Checa se una a la vecina Hungría y Polonia en conflicto con la UE por supuestas violaciones democráticas. Praga ya está en desacuerdo con Bruselas por negarse a aceptar migrantes reubicados, desencadenando procedimientos de infracción de la UE.

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En el corazón del mensaje de Babiš hay una promesa de “gobernar el estado como un negocio”, un concepto que ha sugerido que podría promoverse reduciendo a la mitad el número de diputados en el parlamento a 100 y aboliendo la cámara alta.

A pesar del posicionamiento oficial de ANO como un partido centrista, liberal y pro-UE que promueve una mayor “eficiencia”, Babiš ha defendido las preocupaciones checas populares sobre la crisis migratoria de Europa, dando una serie de discursos rígidos contra la inmigración en áreas provinciales, donde a menudo se desarrollan sentimientos anti-inmigrantes.

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Con los líderes actuales de la coalición, el Partido Social Demócrata (ČSSD), prometiendo no servir en su gobierno, Babiš puede tener que recurrir a partidos marginales hostiles a la UE y la inmigración.

Con información de The Guardian