Los últimos cuatro niños y un entrenador de fútbol atrapados en una cueva del norte de Tailandia durante más de 17 días han sido recuperados con éxito, lo que desató celebraciones en todo Tailandia y se elogió el audaz rescate alrededor del mundo.
“Hoy los tailandeses, el equipo de Tailandia, lograron una misión imposible”, dijo entre aplausos y vítores Narongsak Osatanakorn, el jefe del centro de comando conjunto que coordina la operación el martes por la noche.
Antes de las 4 p.m. del martes, el primero de los cuatro niños restantes en la cueva emergieron y fue llevado rápidamente al hospital en la ciudad más cercana de Chiang Rai. La confirmación de dos más siguió poco después.
Unas dos horas después, la marina tailandesa Seals, que dirigió la operación, anunció que todo el equipo de fútbol Wild Boars y su entrenador habían sido liberados: “Los 12 Wild Boars y el entrenador han salido de la cueva y están a salvo”, publicaron en su página oficial de Facebook. Ellos agregaron su grito de guerra: “Hooyah”.
Tres rescatadores y un médico que había pasado varios días dentro de la cámara con los niños todavía estaban saliendo, dijo el mensaje.
Namhom Boonpiam, cuyo hijo Mongkol estuvo entre los muchachos liberados a principios de semana, le dijo a los medios que estaba “feliz pero con sueño”.
Osatanakorn dijo que los padres de los niños, que han realizado una vigilia en el sitio de la cueva durante la maratón de búsqueda y rescate, pronto podrían ver a sus hijos en el hospital, aunque a través de una ventana hasta que los doctores puedan controlar las infecciones de los niños.
“Estamos muy contentos”, dijo en una conferencia de prensa más tarde en la noche del martes que fue regularmente interrumpida por los aplausos. En un momento se detuvo para recibir una señal. “Oh discúlpeme”, dijo. “El doctor Pak [Loharnshoon] y tres buzos ahora están saliendo de la cueva sanos y salvos”. Las ovaciones se repitieron.
Al igual que los ocho rescatados en los últimos dos días, los niños y el entrenador liberados el martes se someterán a pruebas detalladas de sus ojos, niveles de nutrición y salud mental, con muestras de sangre que se enviarán a Bangkok para detectar enfermedades infecciosas. Solo verán a sus familiares a través de una pantalla de vidrio inicialmente o desde una distancia de dos metros con los padres usando una bata médica, mascarilla facial y redecilla para el cabello.
Con información de The Guardian
