Con un pico bulboso, rechoncho y con alas vestigiales, el dodo ha sido inmortalizado por los seres humanos en arte, literatura y canción.
Pero mientras que los animales peculiares han inspirado una panoplia de la investigación, no menos en cuanto a si eran realmente bobos o tan corpulentos como implican sus retratos, mucho sobre la vida del dodo ha seguido siendo un misterio hasta ahora.
Los científicos que estudian restos de aviares extintos dicen que han logrado poner carne en los huesos de la existencia del dodo, revelando aspectos de su vida desde cuándo ponían huevos hasta que alcanzaron la edad adulta y hasta que perdieron y regrabaron su plumaje cada año .
“Antes de nuestro estudio las únicas cosas que sabíamos sobre la ecología de estas aves era que eran una paloma grande, con una masa corporal de unos 10 kilos”, dijo Delphine Angst, paleontóloga y primera autora de la investigación de la Universidad de Ciudad del cabo
Nativo de la isla de Mauricio en el Océano Índico, el dodo fue exterminado en el siglo XVII después de la llegada de marineros holandeses y los animales que vinieron con ellos, con la caza, la competencia por la comida y la destrucción del hábitat contribuyendo a la desaparición del ave.
Pero, a pesar de los registros contemporáneos -incluyendo los de un Thomas Herbert que después de caer por Mauricio describió al dodo en 1634 como teniendo ojos como diamantes, “su ropa de plumas, su tren tres pequeñas plumas, cortas e inproporcionables”, con la mayoría de los expedientes lejos de ser científicos.
Ahora los investigadores han logrado llenar algunas de las lagunas.
Con información de The Guardian
