Las relaciones entre Estados Unidos y China han alcanzado “un punto crítico”, ha advertido Rex Tillerson, llamando a los esfuerzos para evitar el “conflicto abierto” entre las dos mayores economías del mundo.
En una rara reunión informativa del Departamento de Estado, en medio de informes de que Donald Trump se preparaba para ordenar una amplia investigación sobre las prácticas comerciales chinas, el secretario de Estado de los Estados Unidos dijo a los periodistas que los lazos estaban en una encrucijada tras “un largo período sin conflicto” que duró más de cuatro décadas.
Los expertos creen que Trump tenía la esperanza de lograr un “gran trato” con Xi Jinping por el que habría dado al presidente chino un pase sobre temas como el comercio o su polémica campaña de construcción de islas en el Mar del Sur a cambio de cooperación en Corea del Norte. Pero después de señales inicialmente positivas, incluyendo una cumbre de dos días en la finca Mar-a-Lago de Trump, la relación parece haberse agriado.
Rex Tillerson dijo que la pregunta ahora era: “¿Cómo debemos definir esta relación [con China] y cómo podemos asegurar que la prosperidad económica en beneficio tanto de los países como del mundo pueda continuar, y que donde tenemos diferencias – porque tendremos diferencias, tenemos diferencias – que trataremos esas diferencias de una manera que no conduzca a un conflicto abierto?”
“Probamos esta relación a través de cosas como la situación en Corea del Norte”, continuó, refiriéndose a los intentos hasta ahora infructuosos de Trump de persuadir a Pekín para ayudar a controlar a Kim Jong-un.
“¿Podemos trabajar juntos para enfrentar esta amenaza global donde tenemos un objetivo común? Y donde tenemos diferencias -en el Mar de China Meridional, y tenemos algunas diferencias comerciales que debemos abordar – podemos trabajar a través de esas diferencias de una manera sin que ello conduzca a un conflicto abierto y encuentre las soluciones que son necesarias para servirnos a ambos?”
Orville Schell, jefe del centro sobre las relaciones entre Estados Unidos y China en la Sociedad de Asia de Nueva York, dijo que los comentarios de Tillerson eran “una forma educada de decir que cada vez estamos más separados”. Después de décadas de compromiso de Estados Unidos con la nación más populosa del mundo tras el restablecimiento de los vínculos de Richard Nixon y Mao Zedong en 1972, “ahora hay una serie de señales que sugieren que podemos estar ineludiblemente en caminos divergentes”.
Con información de The Guardian
