El rey Felipe de España ha acusado a las autoridades catalanas de intentar romper “la unidad de España” y advirtió que su empuje por la independencia podría arriesgar la estabilidad social y económica del país.
El martes por la noche, en un raro y fuerte discurso de televisión, dijo que el comportamiento del gobierno catalán había “erosionado la armonía y la coexistencia dentro de la sociedad catalana, gestionando, por desgracia, dividirla”.
Hablando dos días después del referéndum de independencia unilateral del Gobierno regional, en el que el 90% de los participantes optaron por separarse de España, describió la sociedad catalana como “fracturada”, pero dijo que España seguiría unida.
El rey no hizo mención de la violencia que afectó el referéndum cuando oficiales de la policía española allanaron las mesas de votación, golpearon a posibles votantes y dispararon balas de goma contra las multitudes.
En cambio, se centró en las acciones del gobierno del presidente catalán, Carles Puigdemont.
“Estas autoridades han despreciado los apegos y sentimientos de solidaridad que han unido y unirán a todos los españoles”, dijo. “Su conducta irresponsable podría incluso poner en peligro la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.”
El discurso del rey Felipe siguió a una entrevista de la BBC con Puigdemont en la que prometió seguir adelante con una declaración de independencia, diciendo que el gobierno regional “actuaría al final de esta semana o al principio de la próxima”.
Puigdemont ha dicho previamente que la independencia sería declarada dentro de las 48 horas de un éxito de la votación. También advirtió al gobierno español que cualquier intento de Madrid de suspender la autonomía regional y tomar el control de las instituciones catalanas sería “un error que cambia todo”.
En su discurso, el rey describió las acciones del gobierno regional como “un intento inaceptable” de hacerse cargo de las instituciones catalanas, añadiendo que se habían colocado fuera de la democracia y la ley.
Con información de The Guardian
