Rusia llora a la respetada figura humanitaria de la ‘Doctora Liza’

En el exterior, el siniestro del avión Tu-154 estrellado en el mar Negro se asocia a la desaparición de decenas de miembros del célebre Coro del Ejército Rojo, símbolo de Rusia por excelencia. Pero en su país, muchos también lloran la pérdida de la ‘Doctora Liza’, figura humanitaria unánimemente respetada.
Entre los 92 nombres de la lista de pasajeros del Tu-154 que se estrelló el domingo, el de Elizaveta Glinka ha provocado una avalancha de homenajes que ha reunido a personalidades muchas veces enfrentadas, como la exdisidente y militante por los derechos humanos Liudmila Alexeieva y el presidente de la república rusa de Chechenia, Ramzan Kadyrov.
Desde el domingo, los moscovitas se han acercado a depositar flores y cirios encendidos ante la discreta entrada del sótano donde funciona la organización que el gran público conoce como la de la ‘Doctora Liza’, que ha trabajado sin tregua por los sintecho, los niños del este de Ucrania en guerra o para los damnificados por los terribles incendios del verano (boreal) de 2010.
“Su vida no fue vana, ella hizo un enorme bien”, explicó a AFP, Anna, de 48 años, con la garganta casi cerrada por la emoción.
Glinka, que festejaría su 55º cumpleaños en febrero, viajaba a Siria para llevar medicamentos al hospital universitario de Lataquia, que ya había visitado en setiembre. Esta ciudad está ubicada cerca de la base aérea rusa de Hmeimim, destino del Tu-154 que se estrelló poco después de despegar desde Sochi.
El ministerio de Defensa anunció que dará su nombre a un hospital, así como Kadyrov, el hombre fuerte de Chechenia, o el alcalde liberal de Ekaterinburgo, en los Urales, Evgueni Roïzman.
“Doctora Liza era amada por todos, y había por qué”, insistió Mijaíl Fedotov, presidente del Consejo del Kremlin de derechos humanos, que ella integraba.