Salva a las modelos del caos financiero

Marquita Pring ha aparecido en fotos de moda de la edición italiana de Vogue y en campañas de publicidad de Levi’s, L’Oréal y Lane Bryant. Como modelo de primera de tallas extra contratada por IMG Models, gana muy bien. Pero cada vez que sale de compras, escucha una vocecita en la cabeza que le dice “¿Realmente necesitas estos zapatos Gucci?”

La voz es de Michael Tumminia, un contador de 47 años que se especializa en ayudar a las modelos del mundo de la moda para que manejen su vida financiera. Sus clientas incluyen a Ashley Graham, Pring, Karlie Kloss, Toni Garrn y muchas otras mujeres exitosas de la industria, así como periodistas como Katie Couric. Es la voz del límite.

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Graham escuchó hablar de Tumminia a una peluquera mientras estaba en una sesión de fotos hace tres años, y lo buscó. “Michael me ayudó a organizar mi vida”, dice Graham, quien el año pasado hizo historia como la primera modelo talla XL que apareció en la tapa de la Edición de Trajes de Baño de Sports Illustrated. “Si hubiera empezado a trabajar con Michael desde el principio, déjenme decir”, destaca.

Pring, de 26 años, da crédito a Tumminia por haberla puesto en un régimen de ahorro que hizo posible que se comprara su primer departamento. Ahora, Pring piensa menos en la bolsa “it” de esta temporada que en la amortización del crédito hipotecario.

“Quieres estar al día y a la moda como todas las demás chicas”, destaca Pring. “¿pero saben qué? No necesito todo eso. Puedo pagar más rápido el capital con ese dinero”, explica.

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Tumminia no es alguien que salga con modelos y lo convierta en un negocio. Asistió a su primera y única pasarela el año pasado, por invitación de Graham. Le gustan las camisas azules con botones y tiene un corte chico de pelo que podría llamarse “look PricewaterhouseCoopers” (trabajó en esa firma durante ocho años). Su vida social gira principalmente en torno a su novia, su perro y pasar los fines de semanas en su casa de campo, en el Valle del Hudson.

“Esto es lo que soy”, dijo una mañana reciente desde la oficina de su firma, en SoHo, con tapas de revistas con Kloss y Graham orgullosamente presentadas en un estante detrás de su escritorio. “Mi señal de éxito era ya no tener que usar corbata para trabajar si no quiero”, explicó.

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Hace cuatro años, un asesor financiero que conocía lo recomendó a una modelo que necesitaba ayuda para reestructurar sus finanzas. En ese entonces, Tumminia trabajaba para familias ricas de Nueva York, para empresas chicas y para organizaciones no lucrativas.

Ayudó a la joven modelo con tareas onerosas como fijar un presupuesto mensual y hacer que pensara en objetivos de largo plazo. Ella lo recomendó con sus modelos amigas, y Tumminia pronto comprendió que había dado con un nicho.

“Atletas, artistas, escritores; todos tienen gente que los defienda”, señaló Tumminia. “Nos estamos esforzando por defender a las modelos, por ofrecer dirección ejecutiva a su vida financiera”, destacó.

Las modelos son trabajadoras independientes que no reciben cheques de paga de forma consistente, y sus patrones tampoco les deducen impuestos. Las agencias de modelaje cobran a los clientes y pagan a las modelos hasta que entra el dinero, menos su comisión. Pero no es fácil seguirle la pista a una factura de hace seis meses cuando tu principal descanso ocurre en un vuelo de Alitalia desde el Aeropuerto Kennedy hasta el de Milán – Malpensa, o separar 40 centavos de cada dólar cuando alguien apenas es poco mayor que un adolescente.

“Recibes tu primera paga de 10,000 dólares siendo joven, y quieres ir a gastártelos en un bolso Chanel”, dijo Graham.

Pring, quien empezó a modelar a los 15 años, señaló: “Nunca me voy a olvidar de la primera vez que pagué impuestos. No estaba nada preparada. Fue una experiencia aterradora. En lo que respecta a ahorrar y manejar dinero, estás completamente sola”.

Tumminia cobra por hora en lugar de llevarse un porcentaje, y trabaja con sus modelos clientas en formas específicas, limitadas. Las ayuda a separar financieramente su vida personal y profesional, a desarrollar un plan de gastos mensuales y a separar dinero para el pago trimestral del impuesto sobre la renta, y al mismo tiempo las alienta a que empiecen a pensar en objetivos de largo plazo como la jubilación. Se coordina con la agencia de una modelo para asegurarse que no se deban pagos pendientes.

No prepara declaraciones de impuestos ni ofrece asesoría profesional ni de inversiones. Su rol principal, como él mismo lo señala, es imponer orden a una situación financiera caótica.

“Nuestro trabajo es preparar su vida en una forma eficiente, efectiva, que les permita enfocarse en su carrera”, indicó Tumminia, precisando que, como modelo, “se gana muy bien, pero la forma en que el dinero entra por la puerta vuelve la vida más desafiante”.

Tumminia dio consejos a Pring sobre la compra de un departamento, pero también le aconsejó abrir un fondo para su jubilación.

Y dado que la carrera de Graham estaba creciendo rápido, le advirtió que se esperara para el Ferrari y la casa de campo en Cap Ferrat. Su consejo: acumular, acumular y acumular. Pero si quieres comprarte un departamento, eso está bien.

“Es muy conservador”, indica Graham. “Pero sabe que cuando alguien está trabajando duro y ganando dinero, quiere disfrutarlo”, destaca.

Para Tumminia, quien dijo todavía tener en la cuenta bancaria el dinero que le daba su abuela italiana cuando era niño, trabajar con modelos ha hecho que su “muy programático y muy técnico trabajo” sea más divertido e interesante. Recordó que su abuela lo llamó cuando vio a Graham en televisión.

Aún así, no ha empezado a ir al Boom Boom Room ni a hablar con André León Talley.

“Conozco mi rol. Conozco mi lugar”, subrayó Tumminia. “No hay nada de sexi en las finanzas de alguien. Pero es una de esas cosas que si se hacen bien, lleva a una vida exitosa”, agregó.

Steven Kurutz
© 2017 New York Times News Service