Después de dos años y tres meses de permanecer preso, el juez federal no encontró elementos que lo inculparan por tráfico de totoaba en San Felipe.
HERMOSILLO SONORA.― El juez que conoció de la causa penal donde la Fiscalía General de la República acusó a Sunshine Rodríguez Peña de ser líder de una organización criminal dedicada a la pesca ilegal de totoaba, decretó la inmediata libertad del procesado, empero los trámites del penal federal de esta capital retrasó por varias horas la salida de quien por dos años y tres meses estuvo preso sin que se le comprobaran los delitos que se le atribuían.
Así termina una larga pesadilla para la familia Rodríguez Peña, pues desde el momento en que fue arrestado por agentes notes federales empezó un calvario con la vejación de la esposa e hijos de Sunshine. Los hijos menores y Sarah Ahumada, esposa del detenido; ella y sus hijos fueron encañonados y amenazados por los policías federales quienes ingresaron violentamente a su domicilio e incluso se documentó con estudios científicos donde sicólogos determinaron el daño emocional de los miembros de la familia Rodríguez Ahumada, por la extrema violencia con la que actuaron los agentes federales.
Los atropellos del Estado Mexicano en contra de Sunshine no pararon con su detención y con la reclusión injusta por más de dos años, sino que ahora que el juez federal determinó que el ministerio público de la federación no logró acreditar las acusaciones que imputó al que está a unas horas de ser liberado.
Todos los testigos que presentó el fiscal federal no señalaron a Sunshine como autor de delitos en contra del medio ambiente o ser parte de una organización criminal dedicada a la comercialización de buche de totoaba, ni lo pudieron ubicar en tiempo y forma en donde supuestamente se habían cometido los delitos, sólo aportaron una pléyade de nombres de supuestos criminales, pero no el de Sunshine Rodríguez Peña.
El ministerio público federal aportó como prueba números de teléfono celular que fueron intervenidos, pero no se comprobó la propiedad de los mismos ni se acreditó que la voz grabada fuera la del indiciado. Hizo referencia de cateos a negocios y domicilios que en su momento fueron muy sonados en San Felipe, por lo aparatoso del despliegue de policías y militares, pero ninguno de los lugares allanados por la autoridad era propiedad de Sunshine o su Familia.
La lista de pruebas y testigos que presentó la fiscalía es larguísima, todos esos alegatos del fiscal fueron desechados por el juez federal quien decretó la inmediata libertad de Sunshine Rodríguez Peña, pero en el mundo de los penales federales la inmediatez se puede prolongar de doce a veinticuatro horas, la libertad inmediata es retardada por absurdas prácticas burocráticas.
Cuando el juez absolvió a Sunshine el júbilo de su mamá, esposa y hermano fue evidente, pero reprimido por la compostura que se tiene que guardar en las audiencias de un juzgado y después de más de cinco horas en la que fue decretada la libertad inmediata, la familia del absuelto está a la espera de la salida de Sunshine, que puede ser en la madrugada o ya entrada la mañana del 22 de febrero. Espera por demás desesperante, pues los hijos de Sunshine y demás familia y amigos lo esperan en San Felipe, así como este reportero para conocer las primeras impresiones de Sunshine, quien al final de la audiencia agradeció al Poder Judicial de la Federación que haya actuado con justicia y destacó que han sido dos veces en la que la Fiscalía General de la República los acusa de delitos federales y en ambos casos ha sido incapaz de comprobar su culpabilidad.
Lo largo del juicio, más de dos años, dan cuenta de un nunca tuvo el ministerio público de la federación un caso sólido en contra del otrora líder pesquero de San Felipe y que se actuó por motivaciones políticas y no buscando la justicia y mucho menos la protección del mediano ambiente, como se esgrimió.
Con información de Martín Bojórquez Tapia
