Después de la llegada del huracán ‘Otis’, la ciudad de Acapulco se está viendo envuelta en la confusión y el saqueo.
ACAPULCO, Guerrero.- A pesar de la presencia y patrullaje de la Policía Estatal de Guerrero, la Guardia Nacional y el Ejército, los residentes de varias colonias se aprovecharon de la situación y entraron en grupos a establecimientos como Bodega Aurrera, Soriana, Elektra, Office Depot, Coppel, Oxxo y tiendas de calzado. Se llevaron productos esenciales, dispositivos electrónicos, electrodomésticos, refrigeradores, colchones, lavadoras, motocicletas y bicicletas durante la madrugada del jueves.
María de los Ángeles Domínguez Palacio, vecina de la colonia 2 de febrero, una de las áreas más afectadas por el ciclón de categoría 5, mencionó: “Llevamos un colchón porque es donde vamos a dormir” durante una entrevista realizada por EL UNIVERSAL.
En el Boulevard José López Portillo, cerca de la entrada de la ciudad, los habitantes de las colonias Emiliano Zapata, Renacimiento, La Postal y Fraccionamiento Vacacional rompieron cortinas metálicas y puertas de los negocios para saquearlos, mientras las autoridades estaban ocupadas en agilizar la llegada de personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Protección Civil para tareas de rescate y restauración de la energía eléctrica.
La misma escena se repitió en la avenida Cuauhtémoc, que conecta con la Costera Miguel Ángel, donde las personas circulaban durante la madrugada con carritos de supermercado, diablitos, bolsas e incluso vehículos cargados con productos, electrodomésticos, celulares, pantallas y estufas.
A pesar de la presencia policial, la rapiña continuó, y algunos lo hicieron por necesidad, mientras que otros lo hicieron por oportunismo.
La ciudad sigue sin electricidad y enfrenta un panorama desolador debido a los estragos causados por ‘Otis’, que muchos consideran el huracán más catastrófico en la historia del puerto de Guerrero, superando incluso los efectos de ‘Paulina’ en octubre de 1997.
La Policía Estatal de Guerrero llevó a cabo patrullajes para mantener el orden público, pero no logró prevenir los saqueos en varios puntos de la ciudad. Mientras tanto, los servicios de emergencia, el personal de la CFE y las fuerzas armadas siguen llegando para llevar a cabo tareas de rescate y asistencia a la población afectada.
Con información de El Universal
