Un ex enfermero admitió haber matado a 100 pacientes a su cuidado, el primer día de su juicio en el caso de asesinato en serie más grande en la historia de la posguerra en Alemania.
Niels Hoegel, de 41 años, ya pasó casi una década en prisión en un período de por vida por otras muertes de pacientes. Se le acusa de administrar intencionalmente sobredosis médicas a las víctimas para que pueda revivirlas en el último momento.
Al iniciarse el procedimiento en la ciudad norteña de Oldenburg, el juez presidente, Sebastian Buehrmann, preguntó si los cargos en su contra eran exactos. Hoegel respondió “sí”.
“Lo que he admitido ocurrió”, dijo a la sala del tribunal llena de docenas de familiares en duelo.
Cuando comenzaron los procedimientos, Buehrmann dijo que el objetivo principal del juicio era establecer el alcance completo de la ola de asesinatos que se permitió pasar sin control durante años en dos hospitales alemanes.
“Haremos todo lo posible para aprender la verdad”, dijo. “Es como una casa con habitaciones oscuras: queremos llevar la luz a la oscuridad”.
Después de un minuto de silencio por las víctimas, el barbudo y corpulento Hoegel escuchó impasible, con la cabeza baja, mientras la fiscal Daniela Schiereck-Bohlmann leía el nombre de cada paciente muerto y los cargos contra el acusado.
Los fiscales dicen que al menos 36 fueron asesinados en un hospital en Oldenburg donde trabajaba, y unos 64 más en una clínica en las cercanías de Delmenhorst, entre 2000 y 2005.
Se han exhumado más de 130 cuerpos de pacientes que murieron en el reloj de Hoegel. Los investigadores han dicho que el caso no tiene precedentes en Alemania, que nosotros sepamos.
Christian Marbach, uno de los más de 100 co-demandantes en el juicio, dijo que fue un escándalo que a Hoegel se le hubiera permitido matar impunemente durante tanto tiempo sin que las autoridades del hospital o la policía intervinieran.
