TIJUANA, B.C.- Se terminó la cuaresma y los que hicieron su agosto fueron los comerciantes encargados de la venta de mariscos, ya que la comunidad tijuanense se queja porque los altos costos no les permitieron seguir las tradiciones de semana santa, limitándolos a adquirir el pescado, es por esta razón que tomaron opciones diversas y más económicas como verduras.
Muchos otros frente a la dificultad de adquirir los productos del mar decidieron olvidar las tradiciones y comer carne sin importar las fechas, y esque el consumir pescados y mariscos en semana santa, es una tradición para los mexicanos que cada vez se ve más lejana de cumplir, sobre todo ahora cuando estos alcanzaron hasta los 1 mil pesos por kilo como es el caso de la langosta, poco más de los 300 pesos el robalo, el Huachinango casi los 300 pesos, el mero los 250 pesos, el salmón 350, el camarón entre 300 y 600 pesos ya los más económicos entre 100 y 200 pesos.
Los tijuanenses señalaron que la semana santa fue un periodo de guardar por lo que se dieron a la tarea de buscar espacios económicos donde reunirse con la familia como las playas y los parques por lo que el despilfarrar no fue una opción para los residentes que como solución a estos altos costos se reunieron en familia y cooperaron para aligerar la carga.
Con información de Ivonne Hernández
