Shinzo Abe está en camino de convertirse en el primer ministro de Japón con más tiempo en el cargo, y lograr su objetivo de revisar la constitución pacifista del país, luego de que el jueves fuera reelegido cómodamente presidente del gobernante Partido Democrático Liberal (PDL).
La victoria de Abe, que obtuvo 553 votos de un total de 807, significa que tiene la seguridad de continuar como primer ministro y se espera que use su mandato para seguir adelante con planes controvertidos para fortalecer el estatus legal del ejército japonés, conocido como autodefensa. efectivo.
Hablando en la víspera de la votación entre los diputados del PLD y los miembros del partido, Abe dijo que estaba decidido a “construir un nuevo país juntos”, y agregó: “Prometo liderar la entrega de un Japón orgulloso y esperanzado a las generaciones más jóvenes”.
Abe, un conservador que ha dedicado su carrera política a aflojar los grilletes de la posguerra a las fuerzas de autodefensa, venció fácilmente a su rival más cercano, el ex ministro de defensa Shigeru Ishiba, quien expresó su preocupación de que al país no se le dio suficiente tiempo para debatir reforma.
La victoria de Abe el jueves efectivamente extiende su mandato en el cargo por otros tres años. Si todavía está en el cargo en noviembre de 2019, superará a Taro Katsura, que fue líder durante 2.886 días, repartidos en tres períodos, a principios del siglo XX.
Abe, que ha sobrevivido a dos escándalos de amiguismo, pasó un año tumultuoso en el cargo desde finales de 2006, pero no ha perdido una elección desde que se convirtió en primer ministro por segunda vez en diciembre de 2012.
Silenciosamente ha abandonado los planes para una revisión integral de la cláusula de renuncia a la guerra en la constitución, insistiendo en que simplemente quiere confirmar la legalidad de las fuerzas de autodefensa, que no están reconocidas por el documento actual.
También dijo que retendría pasajes que prohibían a Japón emprender una guerra de agresión.
El artículo 9 de la constitución actual, redactado por las fuerzas de ocupación estadounidenses al final de la segunda guerra mundial, renuncia a la guerra y prohíbe el uso de la fuerza para resolver las disputas internacionales.
Con información de The Guardian
