El presentador de un popular programa de radio de Tabasco, Jesús Ramos Rodríguez, conocido por sus amigos y oyentes como “Chuchín”, fue asesinado a tiros en un restaurante.
El periodista estaba desayunando con un ex alcalde del municipio entre otros. También se esperaba que el alcalde actual se uniera, pero aún no había llegado cuando el hombre armado llegó en un vehículo, fue directo a Ramos y le disparó ocho veces.
El Fiscal General de Tabasco dijo que se había pedido al fiscal especial por los delitos contra la libertad de expresión que ayudara a investigar el asesinato.
El gobierno federal, el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, y el periódico Tabasco Hoy, fueron algunos de los que lamentaron el asesinato y reconocieron el trabajo de Ramos en los últimos 20 años.
El portavoz presidencial Jesús Ramírez Cuevas escribió en Twitter que el ejecutivo “fortalecerá las medidas de protección para los defensores de los derechos humanos y los periodistas; La libertad de expresión es un elemento correcto y fundamental para la democracia, la justicia y la libertad “.
Ramos, de 59 años, es el segundo periodista asesinado en México este año. Rafael Murúa Manríquez, de 34 años, fue encontrado muerto el 20 de enero en Baja California Sur. El joven reportero era director de una estación de radio comunitaria en varias ciudades y colaborador habitual de un periódico local.
Antes de su muerte, Murúa Manríquez recibió varias amenazas de muerte, presumiblemente relacionadas con su trabajo de investigación para exponer la corrupción y el nepotismo en la política local. Todavía no se sabe si Ramos recibió amenazas similares por su trabajo, aunque el estado de Tabasco es considerado como uno de los más peligrosos para los periodistas debido a la corrupción generalizada en el gobierno y la presencia de cárteles de la droga y el robo de combustible.
El asesinato de periodistas se ha vuelto cada vez más común en las últimas dos décadas. En 2017, 11 periodistas, incluidos los veteranos reporteros Javier Valdez en Sinaloa y Miroslava Breach en Chihuahua, fueron silenciados en asesinatos relacionados con su trabajo. El año pasado se vieron los asesinatos de nueve más.
México es a menudo citado como uno de los países más peligrosos para los periodistas. La secretaria de Interior, Olga Sánchez Cordero, ha prometido proporcionar más protecciones federales para periodistas desde que asumió el cargo en diciembre.
