El Smithsoniano resalta a los jugadores latinos como parte de la historia racial del béisbol

Leopoldo Martinez jugó béisbol semiprofesional desde los 1930 hasta principios de los 1950. Fue lanzador e “infielder” del equipo nacional mexicano, así como en clubes de Texas y la zona de Los Angeles, incluido el equipo de su compañía, la Southern Railroad.

En 1938, empezó a coleccionar recuerdos de su carrera, incluidos tres guantes que había usado, dos de los cuales tenían cuatro dedos; un álbum empastado en piel, con cerca de 40 fotografías de partidos de época de México, Texas, Colombia, Nicaragua y otros lugares, y un ejemplar de la revista “Life” de 1941 que se convirtió en un improvisado álbum de recortes.

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Martinez pegó estadísticas y artículos en la revista, junto con carteles y volantes en los que se anunciaban los partidos, incluidos las contiendas en las ligas de negros.

(Daniel Brenner/The New York Times)
(Daniel Brenner/The New York Times)

Antes de su muerte hace tres años, Martinez no solo había compartido las historias sobre Josh Gibson y Stan Musial con sus cuatro hijos y tres hijas, sino que también había dejado en custodia sus dos cajas de recuerdos a su hijo Ernie. El Martinez más joven sabía cuán orgulloso se sentía su padre de su carrera y cómo lo había formado.

“Aunque mi papá realmente nunca habló sobre ello, yo sé que enfrentó muchas críticas, así como prejuicios raciales porque era de ascendencia mexicana”, dijo Ernie Martinez. “Perseveró al ser el mejor jugador que pudo ser y al ignorar el prejuicio. El béisbol fue algo que lo hizo igual. No importaba el aspecto que tenía un jugador. Lo que importaba era cómo jugaba el partido”.

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El Martinez más joven conservó los artículos del béisbol que pertenecieron a su padre hasta que oyó hablar de la iniciativa de una colección de muchos años, que inició el año pasado el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Estadounidense, llamada: “Los latinos y el béisbol. En los barrios y en las grandes ligas”.

(Daniel Brenner/The New York Times)
(Daniel Brenner/The New York Times)

En julio, Martinez y su familia llevaron la colección de su padre a LA Plaza de la Cultura y las Artes en Los Angeles, una de varias instituciones locales por todo Estados Unidos que están colaborando con el Museo, y la donaron. El dijo que su familia se sentía honrada de que la hubiese aceptado el Smithsoniano.

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“En retrospectiva, el béisbol pavimentó el camino para que mi padre viniera a este país y contribuyera en una forma positiva”, dijo Martinez. “Mis hermanos y yo estamos emocionados porque estos recuerdos han encontrado un hogar para siempre en un museo de Estados Unidos, porque su historia realmente es una historia estadounidense”.

Capturar este tipo de historias es el ímpetu detrás de la iniciativa del Smithsoniano.

El Smithsoniano ya tiene algunos objetos apropiados, como el uniforme de Roberto Clemente, quien es parte del Salón de la Fama, pero hay huecos significativos al tratarse de las historias cotidianas de los barrios, que son “comunes y espectaculares”, dijo Margaret Salazar-Porzio, la principal curadora del proyecto.

(Daniel Brenner/The New York Times)
(Daniel Brenner/The New York Times)

Las historias tienen una amplia cobertura e incluyen a los equipos mexicano-estadounidenses de principios del siglo XX en Los Angeles (como los Carmelita Chorizeros), la tradición del softbol de lanzamiento rápido en Kansas y Misuri, así como la extensa de los latinos en las ligas de los negros.

“Es evidente que el béisbol proporciona un punto de entrada increíblemente rico para contar las historias de las comunidades latinas”, dijo Salazar-Porzio. “Ese entendimiento inspiró este proyecto”.

Adrian Burgos, Jr., un profesor de historia en la Universidad de Illinois y experto en los latinos en el béisbol en las ligas de los negros, dijo que la iniciativa también ayudaría a proporcionar conocimientos más matizados de la historia racial del béisbol.

A diferencia de los inmigrantes europeos, los latinos fueron el primer grupo de ellos que llegaron a Estados Unidos con el béisbol como su pasatiempo nacional, dijo Burgos, cuestionando un equívoco de que fue solo hasta hace muy poco que los latinos contribuyeron al deporte.

Burgos dijo que los latinos forman una gran parte de la época de la segregación y que jugadores como Minnie Miñoso,nacido en Cuba, estuvieron entre los pioneros de la integración. Jackie Robinson rompió la barrera del color, pero, primero, unos 50 jugadores latinos la habían modulado por haber pasado como españoles en las ligas mayores.

“Al concentrarse en los latinos y el béisbol”, dijo Burgos, “emerge una historia más compleja sobre la raza en el béisbol, de cómo funcionó la línea del color en el ámbito de las ligas locales, así como en los ámbitos profesionales”.

(Daniel Brenner/The New York Times)
(Daniel Brenner/The New York Times)

El Smithsoniano y sus 10 socios en nueve estados han realizado cuatro actividades para la recolección este año _ en San Bernardino, California; la Ciudad de Kansas, Misuri; Los Angeles, y Syracuse, Nueva York _, y se tienen planeadas más, incluida una en Alamosa, Colorado.

Cesar Caballero, el bibliotecario universitario en la Biblioteca John M. Pfau en la Universidad Estatal de California, en San Bernardino, coordinó la recopilación allí, en febrero. Caballero también dirige el Proyecto de la historia del béisbol latino, cuya sede está en la Biblioteca y ha estado recopilando objetos desde el 2004 en el ámbito local, incluidas unas 2,000 imágenes históricas del sur de California y partes del suroeste. Muchas de ellas se están compartiendo con el Smithsoniano.

Dijo que el prestigio nacional del Smithsoniano, así como su experiencia y conocimientos resaltaron el perfil del proyecto local y ayudó a descubrir historias importantes de equipos mexicano-estadounidenses que jugaron en esa zona.

“Las historias que están surgiendo como resultado de este proyecto son ejemplos principales de su importancia”, dijo Caballero. “Sin proyectos regionales y un fuerte proyecto nacional, como el proyecto Latinos y el béisbol del Smithsoniano, la mayoría de estas historias, así como la historia de sus comunidades, no se documentarían para las generaciones actuales y las futuras”.

El Smithsoniano va a digitalizar el material que recopile y la iniciativa culminará en una exhibición itinerante en el 2020, que, lo más probable es que se lleve a las comunidades que participaron en el proyecto.

Una de ellas es la de la Ciudad de Kansas, un centro histórico del béisbol y una sede para los mexicano-estadounidenses que echaron raíces en los corrales, ferrocarriles y granjas alrededor de la zona.

Al paso del tiempo, los restaurantes, las fábricas de hielo, los molinos, las empacadoras y otros negocios patrocinaron los equipos de béisbol para promover la aculturación entre los mexicano-estadounidenses, pero sucedió en formas en las que los patrocinadores no siempre se imaginaron.

“La documentación de estos equipos nos permite contar parte de la historia de la construcción del país y sobre el crecimiento de las ciudades”, dijo Steve Velasquez, el curador que representa al Smithsoniano en la recolección que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Kansas, en agosto.

Estos equipos y sus partidos brindaron una oportunidad de organizarse en torno a objetivos más generales, como los derechos civiles, la sindicalización y la construcción de comunidades, según Eduardo Díaz, el director del Centro Latino Smithsoniano, que está colaborando con la iniciativa.

“Las historias de cómo los latinos comunes participaron en el béisbol para aculturarse, socializar y organizarse dentro de las comunidades son fascinantes”, comentó Díaz.

Agregó: “Existen razones por las que nuestras comunidades lo juegan y por qué los latinos han alcanzado niveles impresionantes en el juego profesional”.

El Museo de la Ciudad de Kansas montó solo una exposición, videograbó 20 entrevistas de tradición oral con quienes fueron jugadores en las ligas mexicano-estadounidenses de softbol e hicieron un documental que estará disponible para el Smithsoniano. LA Plaza de la Cultura y las Artes, donde donó la familia Martinez, también está montando una exhibición.

Velasquez dijo que tales objetos no están en muchos museos, “pero deberían estar”.

Añadió: “Y eso es lo que estamos haciendo, creando una vía o camino para recopilar y contar un historia local y nacional”.

Michael Kelley
© 2016 New York Times News Service