Soberbia federal

Cuando los estafadores llegaron ante el rey y le dijeron que podrían fabricarle el mejor traje del mundo, que solo los estúpidos serían incapaces de verlo, plantearon una verdad histórica en la política: los soberbios creen que los pobres, el pueblo inculto, es incapaz de tener su amplia visión del mundo, de entender sus grandes verdades.

Me resistía a volver a escribir sobre el puente “La Marimba 2” pero solo de leer y escuchar las palabras del director general de Avalúos y Obras en el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, Carlos de la Fuente Herrera, no pude resistirme a volver a abordar el tema.

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De la Fuente Herrera dijo textualmente que la obra, ese andamio de tubos y láminas, “ha sido un esfuerzo del gobierno mexicano y pese a que ciudadanos han expresado su temor al caminar por la construcción, el funcionario federal señaló que critican esta obra sin conocimiento ya que fue elaborado con los mejores ingenieros del mundo. Existe un cálculo realizado por ingenieros mexicanos es una duda infundada”.

Basta ver el curriculum del ingeniero De la Fuente Herrera para entender que lo más probable es que el señor se refiera a sí mismo.

Ingeniero Civil egresado de la Universidad Autónoma de México, posgrado en Valuación de Inmuebles. Tiene capacitación en Valuación por parte del Appraisal Institute, de American Society of Appraisers e International Right of Way Association. Es miembro del Appraisal Institute, de la Right of Way Association, del Colegio de Ingenieros Civiles de México, de la Sociedad de Ingenieros Civiles Valuadores y del Instituto Mexicano de Valuación. Ha participado en distintas ocasiones en el Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México, fue presidente de la Sociedad de Ingenieros Civiles Valuadores y de la Junta de Honor de la Asociación Nacional de Unidades de Valuación.

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A no dudar el ingeniero De la Fuente es un elemento experimentado y conocedor de su terreno. Un profesional en la materia.

Pero eso no lo exime de responsabilidad en una obra a todas luces deficiente, rascuache, indigna.

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Es en suma un andamio que corre a lo largo de casi medio kilómetro por la canalización del río Tijuana, entre aguas residuales y miasmas pestilentes.

Un puente que desemboca hacia otro puente, este que enlaza el centro de la ciudad con Viva Tijuana, centro comercial decadente donde anida la delincuencia.

Por eso, ante tan deficiente obra y ante tan experto ingeniero, no cabe duda de que si no es falta de profesionalismo, es exceso de soberbia, de estupidez, la que lleva a que el gobierno federal nos diga a los tijuanenses que se trata de un trabajo indigno.