Un adolescente indonesio sobrevivió 49 días a la deriva en el mar en una cabaña de pesca, antes de ser rescatado por una embarcación con bandera panameña y regresar a su hogar.
Aldi Novel Adilang, un joven de 19 años de Sulawesi, trabajaba como guardián de la lámpara en una trampa para peces flotante, conocida localmente como rompong, ubicada a 125 km mar adentro.
El adolescente fue empleado para encender las lámparas rompong, diseñado para atraer a los peces, y según su padre, había hecho el trabajo desde los dieciséis años.
Cada semana alguien de su compañía venía a cosechar el pescado de las trampas y le entregaba suministros frescos de comida, agua y combustible.
La pequeña cabaña de madera flotante, una de las 50 propiedad de la compañía y que se extendía a través de las aguas de Manado, estaba anclada al lecho marino por una larga cuerda y suspendida por boyas.
Pero a mediados de julio los fuertes vientos rompieron sus amarras y enviaron a Aldi a la deriva al océano.
El adolescente solo tuvo algunos días de suministros y sobrevivió pescando, quemando leña de su cabaña para cocinarlos, y bebiendo agua de mar a través de su ropa para minimizar su consumo de sal.
El consulado de Indonesia en Osaka dijo que 10 barcos habían pasado a través del adolescente indonesio antes de que un buque con bandera panameña, MV Arpeggio, finalmente lo recogiera en aguas de Guam el 31 de agosto, más de un mes y medio después.
“Cada vez que vio un gran barco, dijo, tenía esperanzas, pero más de 10 barcos lo habían superado, ninguno de ellos se detuvo ni vio a Aldi”, dijo a Yakarta Fajar Firdaus, diplomático indonesio del consulado en Osaka. Enviar.
Inicialmente, Aldi agitó un trapo en MV Arpeggio, pero después de no atraer la atención de su tripulación, envió una señal de emergencia de radio.
Entrevistado por el portal local de noticias TribunManado, Aldi dijo que creía que “iba a morir por ahí”. En un momento dado, dijo que era suicida y consideró saltar al océano, pero recordó los consejos de sus padres para orar en momentos de angustia. Tenía una Biblia a bordo, así que lo hizo.
Con información de The Guardian
