Sofia Coppola Narra una Historia de una Guerra No Muy Civilizada

Cuando Sofia Coppola tenía seis años, su padre, Francis Ford Coppola, decidió hacer una película casera con ella como protagonista.

“A mitad de la filmación, mi mamá llegó al foro, que en realidad era la sala de la casa,” recuerda Coppola. “Y me dijo que le dijera que yo era la Mujer Maravilla.”

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La cineasta, actualmente de 46 años, se ríe.

“Esa fue la actitud con la que yo crecí,” refiere. “Mis padres siempre me dijeron que yo podía hacer que sucediera cualquier cosa.”

Cuarenta años después, Coppola la joven efectivamente está haciendo que sucedan las cosas. A su edad podría decirse que ella es más destacada entre los cineastas de la actualidad de lo que alguna vez fue su padre.

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Su trabajo más reciente es “The Beguiled,” que se va a estrenar en todo Estados Unidos el 23 de junio. Escrita y dirigida por Coppola, esta película es un drama sobre la guerra civil de Estados Unidos, ambientado en una escuela para señoritas en el sur. Los primeros comentarios han sido todos positivos. Entre otras cosas, Coppola recibió el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes de este año.

Basada en un libro de Thomas Cullinan de 1966, “The Beguiled” está ambientada en el Seminario para Señoritas de Miss Martha Farnsworth, anidado en las profundidades de los bosques de Virginia. En el apogeo de la guerra civil, una de las chicas encuentra herido a un cabo del ejército unionista, llamado John McBurney (Colin Farrell), sangrando y al borde de la muerte en el bosque.

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El protocolo exige que las mujeres lo entreguen a las autoridades de la confederación, pero Miss Martha (Nicole Kidman) decide que lo correcto es dejar que el soldado primero sane de la pierna herida. Así, pues, lo llevan a la escuela y no pasa mucho tiempo sin que Miss Martha se encapriche con él. Pero lo mismo les ocurre a una solitaria profesora llamada Edwina (Kirsten Dunst) y a una estudiante, Alicia (Elle Fanning).

McBurney termina seduciendo a las tres damas de diferente manera, mientras maniobra para quedarse en la escuela y no regresar a la guerra. Su mera presencia pone a las mujeres en contra unas de otras pero, a fin de cuenta, acaba uniéndolas.

En 1971 se hizo la primera versión de “The Beguiled,” interpretada por Clint Eastwood como el soldado herido y Geraldine Page como Miss Martha. No fue un gran éxito pero, años después, inspiró a Coppola para hacer su propia versión.

“Después de que hice ‘The Bling Ring’ (2013), yo quería hacer algo hermoso,” recuerda. “Estaba harta de todas esas referencias a la cultura popular. Después, una amiga mía me habló de esta película, ‘The Beguiled.’ Y me dijo que yo necesitaba verla y hacer una nueva versión.”

Coppola la vio y quedó fascinada.

“La premisa estaba muy cargada,” indica. “Habla mucho del poder entre el hombre y la mujer, que cambia constantemente de uno a otro.”

De falda blanca y suéter negro para la entrevista en un hotel de Los Ángeles, temprano por la mañana, Coppola revela que el factor decisivo fue cuando se encontró pensando en una nueva forma de contar la misma historia.

“La película original está narrada desde el punto de vista masculino,” explica. “Era un hombre que de pronto se encuentra en el mundo de estas mujeres. Lo que pensé que sería interesante era regresar a contar la historia desde el punto de vista de las mujeres.

“Estas mujeres están viviendo juntas en un lugar aislado, simplemente tratando de sobrevivir a la guerra,” explica Coppola, “y después, este hombre prácticamente se les aparece en la puerta y cambia toda la dinámica del lugar, al mismo tiempo que cambia las relaciones entre las mujeres.

“Supe que esa sería la forma de darle la vuelta a esta historia, así que con las dos películas tendríamos los dos lados de la misma historia.”

Coppola filmó en Nueva Orleans y trajo al foro a gente que recrea la guerra civil para que hablara con el elenco.

“Tuvimos una profesora de etiqueta y una instructora de danza, y además estudiamos la Biblia,” recuerda. “Aprendimos a coser. Así es como estas mujeres pasaban sus días.”

Varios críticos han dicho que “The Beguiled” es un relato feminista, etiqueta que Coppola no acepta.

“Eso le correspondería determinarlo a los espectadores,” indica. “Lo único que puedo decirle es que yo puse mi historia en la película. La forma en que la interpreten los espectadores, o cómo se relacionen con ella, es muy individual.

“Solo me imagino lo que pudo haber sido para las mujeres de la época, que eran educadas para atender al hombre,” agrega. “Después se encuentran libradas a sus propios medios y tienen que encontrar su fuerza para sobrevivir … a fin de cuentas, yo prefiero pensar que esta película habla de una lucha de poder entre un hombre y esas mujeres.”

“The Beguiled” es la tercera película que hace Dunst con Coppola, después de “The Virgin Suicides” (1999) y “Marie Antoinette” (2006). En entrevista por separado, ella asegura que no es casualidad.

“Yo haría cualquier cosa por trabajar con Sofia,” aseguró Dunst. “La amo como persona y la conozco desde que yo tenía 16 años. Siempre estamos en el mismo canal respecto de cómo abordar una historia. Tenemos también un lenguaje común. somos amigas y nos entendemos una a la otra.”

Esta es la primera película de Kidman con Coppola y la actriz ganadora de un Oscar señala que la cineasta la visitó en Londres para hablar con ella de su proyecto.

En entrevista por separado, Kidman recuerda: “Cenamos y luego le dije: ‘No importa qué sea. Tú dame el directorio y yo le entro.’ Sofia presenta historias que yo quiero ver.”

Coppola es conocida por su trabajo con actrices, pero se dio cuenta que seleccionar al actor para el papel de McBurney era un paso decisivo en la película.

“Tenía que encontrar a un hombre que pudiera manejar a estas mujeres que lo iban a tratar como objeto,” dice riendo. “¡Yo quería que fuera masculino y exótico. Colin es un excelente actor, pero además aportó el encanto que yo necesitaba. Él encontró la forma de relacionarse con cada una de las mujeres en un nivel diferente, al tiempo que mostraba un lado oscuro que representaba un agudo contraste con ese mundo femenino.”

Nacida en Nueva York, ella fue la menor y la única hija de Francis Ford y Eleanor Coppola. Sofia Coppola creció en los foros de cine, generalmente detrás de las cámaras pero ocasionalmente también enfrente. Ella es el bebé en la escena del bautismo en “The Godfather” (1972), y tuvo pequeños papeles en películas de su padre: “The Godfather: Part II” (1974), “The Outsiders” (1983), “Rumble Fish” (1983), “The Cotton Club” (1984), “Peggy Sue Got Married” (1986) y “Tucker: The Man and His Dream” (1988).

Finalmente, en “The Godfather: Part III” (1990) tuvo un papel protagónico como Mary Corleone, pero fue recibido con reseñas muy hostiles y desde entonces ha actuado solo ocasionalmente.

Sin embargo, para entonces sus intereses estaban cambiando. Coppola estudió fotografía en el Colegio Mills de Oakland y pintura en el Instituto de Artes de California. Pero su creciente interés en el cine la hizo realizar algunos costos. Quedó cautivada.

“Me encantó hacer cine,” afirma, “pues combina muchos de mis intereses artísticos, como la narrativa, la fotografía y la música.”

Coppola debutó en largometrajes con “The Virgin Suicides,” que le valió aplausos de la crítica. Su segunda película, “Lost in Translation” (2003), fue su confirmación: le dio a ganar un Oscar al mejor libreto original y fue nominada al premio al Mejor Director y a la Mejor Película. Después haría “Marie Antoinette,” “Somewhere” (2010) y “The Bling Ring.”

Para algunos directores, esa obra independiente tan poco convencional es un currículo que le estorbaría el paso para hacer una gran producción de súper héroes. Pero no crean que Coppola estaría entre ellos.

“Me encanta hacer películas de bajo presupuesto,” revela. “Me da la libertad de hacer las cosas como yo quiero. Cuando se hacen esas películas tan grandes, hay mucha gente que mete su cuchara y reuniones en salas de conferencias.

“No digo que nunca,” agrega riendo. “Pero aprecio mucho la libertad creativa.”

Divorciada del director Spike Jonze, Coppola vive en Greenwich Village con su segundo marido, el músico Thomas Mars, y sus hijas, Romy de diez años y Cosima de siete.

Arreglárselas para llevar su vida familiar y profesional al mismo tiempo no es tan difícil como podría pensarse, afirma.

“Mi esposo y mi mamá me ayudan cuando estoy filmando,” explica Coppola. “Rodar una película es algo muy intenso. Cuando mis hijas vienen a visitarme, a veces les permito que griten ‘¡Acción!’ A ellas les encanta.”

En general, señala. La vida normal tiene precedencia sobre su carrera.

“Estaba en Coney Island con las niñas, comiendo salchichas, cuando me enteré del triunfo en Cannes,” indica Coppola. “Mis hijas estaban muy orgullosas. Les dijeron a todos en su escuela que su mamá había ganado por dirección. La que está en primer año incluso se puso de pie y se lo dijo a todo el salón. Yo ni siquiera sabía que ellas entendieran este tipo de cosas.”

¿Estamos viendo el surgimiento de la próxima generación de la dinastía fílmica Coppola?

Por ahora, afirma Coppola, sus hijas se contentan con ser aficionadas a las películas, aunque sí son apasionadas. Ella las lleva a ver muchas películas y ha hablado públicamente de la necesidad de que las películas se vean en la pantalla grande.

“Yo rodé ‘The Beguiled’ en película de 35 milímetros,” precisa. “Está destinada a verse en una pantalla grande. Yo quiero que la gente sienta la magnitud de su atmósfera. Es cosa de un cuadro grande y no de verla en el teléfono.”

Suspira.

“No hay nada que se compare con la experiencia de sentarse en un cine a ver una película,” concluye Coppola. “Perdernos en la película, una vez que se apagan las luces, es una de las auténticas alegrías de esta vida.”

CINDY PEARLMAN
© 2017 Cindy Pearlman