Entre sombríos pronósticos de la economía, cubanos temen regreso a tiempos más oscuros

Hannah Berkeley Cohen contribuyó con información desde La Habana.
© 2016 New York Times News Service

CIUDAD DE MÉXICO – Durante la agitación económica de comienzos de los 90, recortes al suministro de electricidad en La Habana eran tan de rutina que los residentes se referían a las pocas horas de electricidad diaria como “apagones”.

Actualmente, oscuros pronósticos económicos; la crisis en su patrocinador, Venezuela; y advertencias gubernamentales de ahorrar energía han atizado temores entre cubanos de un regreso a los días en que usaban lámparas de aceite para iluminar sus salas y caminaban o andaban en bicicleta varios kilómetros al trabajo, porque no había gasolina.

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Al dirigirse a integrantes del Parlamento la semana pasada, el ministro de economía de Cuba, Marino Murillo, dijo que el país tendría que reducir el consumo de combustible en casi un tercio durante el segundo semestre del año y reducir inversiones e importaciones del estado. Sus comentarios, ante una sesión cerrada, fueron publicados el sábado por los medios informativos del estado.

La economía cubana creció en tan solo 1 por ciento durante el primer semestre del año, comparado con 4 por ciento el año pasado, a medida que el ingreso de las exportaciones y el suministro de combustible a la isla fueron descendiendo, dijo Murillo.

“Esto nos ha puesto en una tensa situación económica”, dijo.

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Débiles precios del petróleo y el níquel, aunado a una deficiente cosecha de azúcar, han contribuido a los pesares de Cuba, dijeron oficiales. La agonía económica de Venezuela ha llevado a muchos cubanos a preguntarse por cuánto tiempo más seguirá su aliado rico en petróleo suministrándole a la isla el crucial petróleo… particularmente si cae el gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

Esos temores crecieron la semana pasada luego que Murillo advirtiera de apagones y se pidiera los trabajadores del estado que acortaran sus horarios y redujeran marcadamente el uso de energía.

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“Todos sabemos que el petróleo venezolano es lo que mantiene encendidas las luces”, dijo Regina Coyula, bloguera que trabajó durante varios años para la seguridad del estado cubano. “La gente está convencida de que si Maduro cae, habrá apagones aquí”.

El Presidente Raúl Castro de Cuba reconoció esos temores el viernes, pero dijo que carecían de fundamento.

“Hay especulación y rumores de un inminente colapso de nuestra economía y un regreso a la aguda fase del ‘periodo especial'”, dijo Castro en un discurso ante el Parlamento, refiriéndose a los años 90, cuando Cuba perdió miles de millones de dólares en subsidios soviéticos.

“Nosotros no negamos que pudieran presentarse efectos negativos”, agregó, “pero estamos en mejores condiciones que las teníamos en ese momento para enfrentarlos”.

Mark Entwistle, consultor de negocios que fue embajador de Canadá ante Cuba durante el periodo especial, dijo que a pesar de su dependencia al combustible venezolano, la economía de la isla actualmente es más sofisticada y está más diversificada de lo que estaba antes del colapso soviético.

Además, destacó, Cuba tiene “una fenomenal capacidad social y política de absorber cambios cruciales”.

De cualquier forma, algunos se sienten perturbados ante la perspectiva de recortes al suministro. Ninguno de los residentes de La Habana que fueron entrevistados durante el fin de semana había experimentado apagones en sus barrios.

En un discurso inusualmente directo ante periodistas este mes, Karina Marrón González, una subdirectora de Granma, el diario oficial del Partido Comunista en Cuba, advirtió del riesgo de protestas como las de agosto de 1994, cuando cientos de enojados cubanos tomaron las calles de La Habana durante varias horas.

“Estamos creando una tormenta perfecta”, dijo, con base en una transcripción de su discurso que fue publicado en diversos blogs. Ella agregó: “Señores, este país no puede soportar otro 93, otro 94”.

Herbert Delgado-Rodríguez, de 29 años, estudiante de artes, recordó a su madre cocinando con carbón en los 90.

“Yo no sé si esto llegará al punto en que habrá protestas en la calle”, dijo. Sin embargo, agregó, los cubanos “no van a tolerar la penuria extrema que enfrentamos en los años 90”.

Un empleado en un banco dijo que los empleados habían sido informados que usaran el aire acondicionado dos horas al día y trabajaran medio día. Una profesora universitaria contó que le habían dado un ventilador para su oficina y le habían dicho que trabajara en casa cada que fuera posible.

José González, quien es propietario de una pequeña cafetería en el centro de La Habana, se mostró más optimista.

“Raúl simplemente nos está exhortando a reducir el consumo innecesario, eso es todo”, dijo, agregando que los rumores sobre otro periodo especial era “tan solo mucha especulación”.

No todas las oficina o empresas han sido afectadas, y Murillo dijo que la idea era racionar la electricidad en algunos usuarios a fin que otros – hogares, instalaciones turísticas y empresas – pudieran usar tanta como necesitaran.

En total, dijo, el gobierno apuntaba a reducir en 6 por ciento el consumo de electricidad y en 28 por ciento el de combustible en el segundo semestre del año.

Bajo un acuerdo firmado en 2000, Venezuela suministra a Cuba alrededor de 80,000 barriles de petróleo al día, trato equivalente a 1,300 millones de dólares, aproximadamente, dijo Jorge Piñón, experto en energía por la Universidad de Texas. A cambio, Cuba envía miles de especialistas médicos y de otro tipo a Venezuela.

El viernes, Castro dijo que se había producido “cierta contracción” de ese suministro de petróleo.

No quedó en claro el tamaño de la contracción. Reuters informó la semana pasada que embarques de crudo a Cuba habían registrado una reducción de 40 por ciento en el primer semestre de presente año. Piñón dijo que al menos una parte de la reducción era petróleo que Venezuela refina en Cuba y después embarca desde ahí nuevamente.

Los problemas de Cuba con la energía también pudieran ser el resultado de creciente demanda sobre la red de electricidad, dijo. El consumo de electricidad ha subido drásticamente a lo largo de la última década, a medida que los cubanos que reciben remesas del extranjero mantenían encendidos el aire acondicionado y tanto restaurantes como bares y posadas sumaron refrigeradores y comida calentada en hornos tostadores.

El turismo se ha disparado desde que Estados Unidos y Cuba anunciaron el final de su tenso enfrentamiento de 50 años en diciembre de 2014. El número de visitantes aumentó 13.5 por ciento en los primeros cuatro meses de 2016 y es probable que aumente incluso más cuando empiecen vuelos comerciales desde Estados Unidos este año.

Si Venezuela efectivamente detuviera exportaciones de petróleo a Cuba, no necesariamente precipitaría una crisis política, dijeron expertos y blogueros.

Estados Unidos pudiera ofrecer ayuda a fin de impedir inestabilidad o un éxodo masivo de cubanos desesperados. El gobierno cubano pudiera acelerar reformas y abrir la puerta de par en par a la inversión exterior, dijo Entwistle.

“No es prudente extrapolar alguna funesta consecuencia”, dijo Entwistle, agregando: “Hay muchísimas palancas que ellos tienen que empujar y jalar”.

Victoria Burnett
© The New York Times 2016